ETA pretendía atentar esta tarde en la estación madrileña de Chamartín

Madrid

La organización terrorista ETA ha intentado hacer estallar más de cincuenta kilos de explosivos en la estación madrileña de Chamartín colocando dos maletas-bomba en un tren que partió de San Sebastián esta mañana, en el que ni siquiera tenían planeado viajar los terroristas. La Policía ha detenido a los dos miembros del comando encargado del atentado y ha desactivado, al paso del tren por Burgos, la "maleta bomba" que uno de ellos logró introducir en el tren.

La operación -o por lo menos su último tramo- comenzó en la mañana del miércoles en San Sebastián, cuando la policía dió el alto en plena calle a Gorka Arraurte. El supuesto etarra llevaba en ese momento una maleta en la que había 28 kilos de tytadine, entre tres y cuatro kilos de cordón detonante para ampliar los efectos de la explosión, un temporizador, una peluca y otros utensilios para el camuflaje.

Sin embargo, el hallazgo clave que produjo la alarma en los agentes fue un billete de tren que llevaba Arraurte. Servía para viajar en tren desde San Sebastián a Madrid que debía partir alrededor de las ocho y media de la mañana y llegar a la capital de España a las 15:12 horas.

La detención de Arruarte permitió conocer a la Policía que otro terrorista, Gorka Loran Lafourcade, había logrado colocar en ese mismo tren otra maleta con más de veinte kilos de explosivos y un temporizador para que el artefacto hiciese explosión a las 15:55 horas. Ni siquiera se atrevió a viajar con los explosivos. Dejó la maleta en el espacio reservado en los vagones para el equipaje, encima de las cabezas de los pasajeros, y volvió a bajar.

ALERTA EN BURGOS

Las fuerzas de seguridad detuvieron el tren en Burgos e hicieron bajar a los pasajeros. Los técnicos en desactivación de explosivos hicieron el resto. El ministro del Interior, Angel Acebes, en rueda de prensa, describió la "macabra actuación" de los terroristas: atentar "el día de Nochebuena en una estación como Chamartín, llena de viajeros".

Además, incidió en que la Policía evitó que llegasen a subirse al tren las dos maletas, como tenían previsto los terroristas, no fichados, colocar en lugares diferentes del convoy. En conjunto, cincuenta kilos de explosivos, reformados con cordón detonante que amplía su efecto devastador, habrían estallado. Superan en unos veinte kilos la carga colocada por ETA el verano de 2002 en Santa Pola (Alicante) contara una casa cuartel de la Guardia Civil, que dejó un escenario dantesco.

DESALOJO "POR AVERÍA"

Los pasajeros fueron desalojados en Burgos "por una avería" y se enteraron de lo ocurrido en el autobús que RENFE facilitó para trasladarlos a Madrid gracias al familiar de uno de ellos, que llamó por teléfono y contó que los medios de comunicación decían que en el tren había explosivos.

Otra de las pasajeras, Alexandra, añadió que "nos sacaron del tren" y que todo el mundo se quedó "ahí esperando", hasta que, "de repente" dijeron: `Fuera, fuera de la estación", por lo que supuso que era una bomba.

Un taxista que se encontraba al mediodía en la estación de Burgos, contó que la policía desalojó la estación "sin nervios y con mucha tranquilidad" y, al preguntar si se trataba de una amenaza de bomba, le respondieron que sí.