Muere un fotógrafo chileno durante las protestas en Ecuador
La causa fue el gas lacrimógeno lanzado por la Policía
La Cruz Roja Ecuatoriana ha confirmado el fallecimiento de un periodista chileno, debido a la inhalación de gases lacrimógenos lanzados por la policía para frenar a los manifestantes que exigen en las calles de Quito la renuncia del presidente del país, Lucio Gutiérrez. Según informó la emisora de radio ecuatoriana CRE, se trata del periodista Julio Augusto García Romero, de 50 años de edad, reportero del medio chileno 'La Bocina'.
Cruz Roja informó a la cadena de televisión Gamavisión de que el periodista habría fallecido por un paro cardio respiratorio producto de la asfixia, a causa de los gases lacrimógenos lanzados por la policía contra los manifestantes.
Más información
- El Parlamento cesa al presidente de Ecuador
- Brasil concede asilo político al ex presidente de Ecuador
- Ecuador concede un salvoconducto al ex presidente para que abandone el país
- Una misión de la OEA viaja a Ecuador para hablar con "todos"
- El ex presidente Ecuador ha abandonado el país, según la Policía
- 53 periodistas murieron en 2004 de forma violenta, el peor año en una década
- El presidente de Ecuador levanta el estado de excepción en la capital
- El presidente de Ecuador declara el estado de excepción en la capital por las protestas callejeras
- El Congreso de Ecuador aprueba el cese de la Corte Suprema
El cuerpo del periodista, con dos hijos menores de edad, se encuentra en el Hospital Eugenio Espejo de Quito. Además, una portavoz de Cruz Roja, Cristina Medina, dio a conocer que hasta el momento alrededor de 40 personas han resultado heridas en la represión policial.
Alrededor de 30.000 personas marcharon hoy desde el norte de la capital de Ecuador hasta el palacio de Gobierno, en el centro colonial, pidiendo la renuncia del presidente del país, aunque la mayoría no pudo llegar tras ser dispersada por la policía.
La manifestación partió del parque La Carolina, en el norte de la capital, con alrededor de 5.000 manifestantes, pero mientras avanzaba hacia el centro se convirtió en una marcha multitudinaria, seguida de caravanas de vehículos.
