Israel ataca suburbios del sur de Beirut en respuesta a los ataques a Haifa

Israel ha impuesto un bloqueo por mar y aire sobre Líbano y está bombardeando el sur de su capital, Beirut. La marina israelí lanzó por la tarde varios misiles contra los depósitos de combustible del aeropuerto. El número de muertos por los diversos bombardeos asciende a 52, según cifras del Gobierno libanés. Mientras, la guerrilla de Hezbolá bombardeó el norte de Israel causando dos muertos y la ciudad de Haifa ha sufrido el impacto de dos cohetes, aunque sin causar víctimas.

700.000 israelíes se preparan para pasar la noche en los refugios ante las amenazas de los cohetes, mientras la aviación hebrea ha atacado nuevamente. Su último objetivo ha sido la carretera de Líbano a Damasco, capital de Siria.

El Ejército de Israel justificó el ataque al aeropuerto libanés con el argumento de que "es usado como eje central para el intercambio de armas y material a la organización terrorista Hezbolá".

Además, helicópteros y aviones de Israel bombardearon el barrio de Harat Hreik -bastión de Hezbolá en los arrabales del sur de Beirut-. Allí están las oficinas de la milicia y la sede de Al Manar, la televisión de Hezbolá. Antes de los bombardeos, la aviación israelí había lanzado octavillas instando a la población civil a mantenerse alejada de las oficinas.

Las acciones militares se han repetido en localidades situadas al norte de la ciudad portuaria de Tiro y en la región sureña de Nabatieh. Según fuentes policiales y medios locales libaneses, estos bombardeos han dejado 52 muertos -entre ellos diez menores- y decenas de heridos.

En respuesta a los ataques del Ejército de Israel, decenas de misiles katiusha cayeron sobre la ciudad de Nahariya, al norte de Israel, causando la muerte de dos civil israelí y dejando heridos a otros 120, según el Ejército israelí.

La suerte de los dos soldados israelíes

El Gobierno israelí autorizó el miércoles a su Ejército a llevar a cabo en Líbano una respuesta militar "severa" para castigar lo que considera "un acto de guerra": la muerte de ocho soldados israelíes en intensos choques fronterizos y el secuestro de otros dos por parte de Hezbolá. Sobre la suerte corrida por los soldados secuestrados, Irán ha desmentido las insinuaciones lanzadas por Israel sobre el traslado de los dos soldados israelíes a ese país.

El Consejo de Ministros libanés insiste en desmarcarse de cualquier acción de Hezbolá y asegura que no es responsable de la operación en la que este grupo capturó a los dos soldados.