Los líderes de la UE siguen bloqueados en la reforma de la Constitución

La cena de los líderes de la Unión Europea ha concluido sin avances apreciables en las discusiones sobre la reforma de la Constitución, informaron fuentes de la Presidencia de turno alemana. En una rueda de prensa, la canciller alemana, Angela Merkel, anunció que las conversaciones continuarán el viernes en formato bilateral y que la sesión plenaria del Consejo Europeo no se reanudará hasta el almuerzo.

La Presidencia alemana tiene la intención de presentar una nueva propuesta de compromiso el viernes por la tarde.

España, Francia e Italia han tomado la iniciativa para tratar de impedir que las reclamaciones de Reino Unido y Polonia conduzcan a la reapertura de las reformas de la Unión Europea que se acordaron en el proyecto de Constitución de 2004. Antes de la cena, en una reunión que tuvo como anfitrión al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, los mandatarios de España, Francia e Italia se concertaron para dejar claro a británicos y polacos que no aceptarán la renegociación del acuerdo institucional incluido en la difunta Constitución.

Apoyo al borrador de Merkel

Zapatero, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, y el primer ministro italiano, Romano Prodi, decidieron plantar cara a las reivindicaciones británicas y polacas. Los tres mandatarios dieron su apoyo total al borrador presentado hace unos días por la canciller alemana que recoge la "sustancia" de la Constitución con otro nombre y otra presentación para hacerla más aceptable.

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La propuesta alemana recoge un "salto impresionante" en el número de materias que pasarán de votarse por unanimidad a decidirse por mayoría cualificada y con un impulso a las políticas exterior y de justicia e interior, explicó a la prensa el secretario de Estado español para la UE, Alberto Navarro, sobre la iniciativa tripartita. Navarro no se había muy positivo en la SER sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo: "España es el mejor aliado de Alemania en esta tarea casi imposible".

La iniciativa tiene el valor de colocar a Francia, el país que abrió la crisis al rechazar en referéndum la Constitución, en el lado de los que quieren preservar al máximo su contenido.

Autoexclusión para Reino Unido

A modo de ejemplo, fuentes españolas sugirieron que se podría ofrecer a Reino Unido una cláusula de autoexclusión (opting out), como la que ya disfruta para el euro.

En el caso polaco, Varsovia plantea, con un apoyo checo no muy firme, que se redefina el mecanismo de voto por mayoría cualificada (la Constitución exige el 55% de Estados miembros con el 65% de la población de la UE).

Horas antes, el primer ministro de Polonia, Jaroslaw Kaczynski, aseguró que si se cuentan los seis millones de polacos que murieron en la II Guerra Mundial, la población de Polonía sería de 66 millones de personas. "Exigimos que se nos devuelva lo que se nos quitó. Si no hubieramos soportado lo que soportamos entre 1939 y 1945 Polonía tendría 66 millones de habitantes", ha explicado. Un intento de tener más peso en las decisiones de la UE. Esto se suma a otra vieja exigencia polaca: que el preámbulo del tratado haga referencia a los valores cristianos o a Dios.