ETA planeó matar a Garzón con un botella de coñac envenenada
Un documento al que ha tenido acceso el diario EL PAÍS y que fue incautado al último jefe de ETA detenido revela su intención de atentar contra los magistrados Grande-Marlaska o Santiago Pedraz
El último jefe de ETA detenido, Jurdan Martitegi Lisaso, estudiaba matar al juez Baltasar Garzón con un una botella de coñac envenenada que le haría llegar como un regalo de un falso admirador, según fuentes de la lucha antiterrorista han contado al diario EL PAÍS. El plan para asesinar al magistrado de la Audiencia Nacional fue incautado al etarra tras su detención en Perpiñán, el pasado 18 de abril. En ese listado de acciones terroristas también hay referencias a un atentado en la investidura de Patxi López como lehendakari.
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Según ha explicado el periódico EL PAÍS, el plan consistía en enviar una botella de coñac acompañada de una copa de cristal de elevada calidad cara, para evitar sospechas. El regalo sería enviado desde una agencia de mensajeros que no estuviera en el País Vasco y acompañado de una tarjeta firmada por un supuesto estudiante de derecho de una universidad ajena al País Vasco.
En la nota, el supuesto admirador mostraría a Garzón su gratitud por las causas abiertas contra Augusto Pinochet, por la corrupción del PP, o por "los macrosumarios que tiene con Euskal Herria", verdadero motivo de la inquina del mundo de ETA contra Garzón.
El objetivo consistía en desafiar las medidas de seguridad de personas susceptibles de ser víctimas de ETA. El documento destaca que, de conseguirse, "sería un gran logro para la organización".
El diario recuerda cuando Martitegi y el juez han estado frente a frente: el 12 de febrero de 1998 cuando el terrorista se personó ante el magistrado porque la Ertzaintza lo relacionaba con actos de kale borroka. Entonces, el juez lo dejó en libertad.