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La violación no es delito en Afganistán

Un informe de la ONU denuncia que en más de un tercio de los casos los abusos están vinculados con dirigentes locales que son inmunes al arresto

Las leyes afganas no protegen a las víctimas de violación y durante demasiado tiempo las comunidades han recurrido a formas tradicionales de justicia que penalizan a las víctimas de un problema de gran profundidad, ha dicho este miércoles las Naciones Unidas.

"Este es un tema del que se informa poco y de forma significativa se oculta, pero es un gran problema en Afganistán", ha dicho Norah Niland, representante de derechos humanos de las Naciones Unidas en Afganistán, ante un comité de mujeres afganas.

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El informe de la ONU, cuya versión completa aún ha de ser publicado, describe la violación como algo que ocurre diariamente. Un resumen del informe señala que en el norte de Afganistán, por ejemplo, más de un tercio de los casos analizados muestra que las violaciones estan vinculadas directamente con dirigentes locales que son inmunes al arresto.

Quienes probablemente cometen violaciones son miembros cercanos de la familia, hombres que trabajan en prisiones u orfanatos y varones en puestos poderosos o bien en instituciones gestionadas por el Estado o en grupos armados y bandas delictivas, según el informe.

Una práctica admitida

En muchos países, la vergüenza recae sobre la víctima en lugar de sobre el delincuente. Las familias recurren a menudo a prácticas tradicionales y religiosas para salvar la cara, o insistiendo en que la víctima se case con el violador o juzgándola por mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio.

El código penal del país no aborda explícitamente el delito de violación ni lo define, algo que el Gobierno debe abordar urgentemente, según el informe.

Sima Samar, responsable de la Comisión Independiente de Afganistán para los Derechos Humanos, ha dicho que el Gobierno ha sido reacio a afrontar el problema de la violación, un tabú en el conservadurismo musulmán afgano, pero debería poner en marcha pronto una nueva ley al respecto. "Tengo que admitir que no son muy receptivos, pero tenemos que resistir y cambiar eso",ha dichoSmar.

Ha añadido que la legislación actual trata el adulterio y la violación como delitos iguales.Ha dichotambién que se ha prestado mucha atención a los esfuerzos militares en Afganistán, a menudo a costa de aplicar programas eficaces que aborden los profundos problemas sociales del país.

El informe recomienda que las reuniones de comunidades y consejos tradicionales, como las jirgas o shuras, no deberían usarse para abordar los casos de violación puesto que no respetan los derechos de la mujer.

Aunque el comité estuvo formado por mujeres urbanas y educadas, Samar ha dicho que las shuras en partes rurales de Afganistán deberían ser receptivas al mensaje del informe: "Depende quién asuma el riesgo y rompa el tabú y el silencio", ha afirmado.

 
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