Fracasa el primer intento de tapar el escape de petróleo en el golfo de México
El intento de sellar el pozo submarino de petróleo del Golfo de México para frenar el vertido no ha funcionado, debido a que se han formado cristales de hielo que taponaron la estructura
El director de operaciones de la petrolera BP, Doug Suttles, informó este sábado de que la campana de confinamiento que pretende reducir el vertido de petróleo en el golfo de México no ha podido todavía ser instalada debido a la formación de hidratos de metano, una sustancia viscosa y altamente inflamable, en el interior de la campana.
"Cuando estábamos colocando la cúpula sobre la fuente del vertido una gran cantidad de hidratos se formó en la parte más alta del interior de la campana, lo que nos obligó a colocarla al lado del punto de la fuga", explicó Suttles desde Robert, en Luisiana, en rueda de prensa. "Aún no diría que hemos fallado", dijo.
La campana, de 98 toneladas de peso y una altura equivalente a la de un edificio de cuatro plantas, debería canalizar el crudo para permitir su bombeo hacia un petrolero en la superficie. Sin embargo, si fracasa esta iniciativa, BP se plantea perforar un pozo alternativo que agote el flujo, una opción que sería efectiva hasta dentro de dos o tres meses.
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Los hidratos de metano, una sustancia viscosa formada por hidrocarburos congelados y agua que se genera en las profundidades, obstruyeron la salida superior de la campana, lo que la inutilizaría para su posterior utilización, explicó Suttles. La estructura yace ahora a unos 200 metros de la fuga y se tardará en torno a 48 horas o más para poder encontrar una solución, dijo.
Entre las opciones que se barajan están la de utilizar agua caliente para derretir los hidratos o el empleo de hidrocarburos como el metanol para reducirlos, explicó el directivo de BP.
Otras dos opciones a corto plazo serían la instalación de un nuevo inhibidor de fugas o taponar el flujo con una inyección de goma y otros elementos sólidos.
Los hidratos de metano son altamente inflamables y suponen un peligro para los operarios de BP que trabajan en los buques desplegados en torno al lugar de la fuga. Sin embargo, los científicos investigan también un modo de explotar estos hidratos de forma segura, ya que podrían ser una importante fuente energética en el futuro.