#Egypt: Revolución local, repercusión global
Las redes sociales, protagonistas en la crisis de Egipto
Los 18 días de manifestaciónes y revueltas han merecido la pena para los egipcios. Mubarak no ha aguantado el pulso del pueblo y ha abandonado el poder. Lo ha anunciado su vicepresidente, Omar Suleimán. El anunció ha desatado la locura en el país, especialmente, en la plaza de la Liberación. Miles y miles de egipcios celebran el adiós del presidente egipcio con gritos y un mar de banderas. / AGENCIA ATLAS
Egipto vive por primera vez una revolución de principio a fin por medio de las redes sociales, arma fundamental en la lucha frente al régimen de Mubarak. La clave: Su carácter local y su alcance global
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El Gobierno de Mubarak sabía del poder de la red como herramienta de organización en movimientos sociales. Por eso cerraron el acceso, primero a páginas como Twitter y Facebook, después a toda la red, y finalmente incluso a toda la red de telefonía móvil. Facebook y Twitter una vez más se convierten en la herramienta clave para que ciudadanos descontentos, periodistas egipcios y medios de comunicación de todo el mundo, se hagan eco minuto a minuto de una revolución que ha terminado con la caída del régimen de Mubarak.
Los activistas, ya desde el primer minuto, supieron aprovechar el poder de movilización de la red, para llamar a tomar las calles y las plazas. La revolución empezó el día 25 de enero y el día 28 el gobierno de Mubarak tomó la decisión de cerrar el acceso total a la red. Pero a esas alturas, tratar de callar al pueblo silenciando canales como Twitter, sólo hizo que la repercusión en el resto del mundo sobre las intenciones del pueblo egipcio, fuera aún mayor. Y la solidaridad y el seguimiento a través de la red, se convirtió en algo imparable.
Bastaba con seguir en Twitter el hashtag #egypt para darse cuenta de la importancia de las nuevas tecnologías en este tipo de acontecimientos, incluso después de que el gobierno egipcio bloqueara todo acceso a Internet. La mayoría de los ciudadanos y periodistas que se encontraban en las calles de El Cairo, como el periodista egipcio Wael Abbas se dedicaron a reproducir como podían, con vídeos y fotografías, todo lo que ocurría en las calles, y a alentar al resto de ciudadanos a seguir movilizándose. También Facebook se ha mantenido durante estos días como adalid de las protestas egipcias. No olvidemos que en este momento, más de cinco millones de egipcios tienen un perfil en Facebook.
Tras el caso de las revueltas en Túnez, la caída de Mubarak en Egipto demuestra el poder latente de las redes sociales como herramienta de visibilidad, protesta y acción directa ciudadana. Sobre todo en lugares en los que los medios tradicionales actúan bajo elevados niveles de control y censura.