El 'efecto Fukushima'

Ascó, localidad situada en la comarca tarraconense de Ribera de Ebro, tiene unos 1.600 habitantes y un presupuesto de 17 millones y medio de euros. En época de crisis, cuando algunos municipios no tienen ni para pagar la luz, estos números le convierten en un Ayuntamiento privilegiado.

En Ascó no hay paro, bueno, sí, ese al que denominan paro estructural. Sí hay sala de exposiciones, escuela de música, centro de jóvenes, centro de mayores, una guardería con buenas instalaciones.... ¿Cuál es el secreto? Lo descubrimos si miramos hacia el Ebro, a la izquierda, ahí está la respuesta, en esa chimenea de cemento gris que es todo lo que vemos de la central nuclear.

Nos acercamos a Ascó con una pregunta: ¿Se puede hablar de un 'efecto Fukushima' en estas elecciones? ¿Va a condicionar el voto de los electores de la zona lo que ha sucedido en Japón?

El último alcalde, de CiU, que repite como candidato, asegura que sí. Rafael Vidal dice que lo sucedido en Fukhusima va a llevar mayor seguridad a esta zona nuclear porque se incrementarán los controles. Vidal añade que lo ocurrido en Japón, además, pone de manifiesto que es urgente la creación de un almacén de residuos nucleares en seco, como el que aspira a acoger esta población.

Los otros candidatos no ven ningún 'efecto Fukhusima' en el pueblo. Los activistas antinucleares sí que intuyen algún movimiento en las conciencias de sus vecinos aunque reconocen que es algo muy sutil, no se ve, dicen, pero se siente. Mientras tanto los ciudadanos de a pie, los que no se manifiestan, los que no se presentan pero sí votan, prefieren callar.

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