Las sandalias siempre vuelven
Una regla básica en la moda para no atormentarse con promesas incumplidas es no decir nunca "de este agua no beberé".
Sobre todo porque la experiencia nos ha enseñado que las posibilidades de que una prenda que nos resulte horrorosa acabe poco tiempo después convertida en nuestra preferida son bastante altas.
Es el caso, por ejemplo, de las sandalias, calzado que aprendimos a odiar de niños y a olvidar de adolescentes pero que este verano se descubre como uno de los accesorios esenciales de la temporada
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Eso sí, esto no significa que haya carta blanca para llevar el pie descubierto. Por muy tendencia que sea este calzado, la sandalia sigue siendo un zapato en general restringido a nuestro tiempo libre, ya que en el trabajo es preferible mantener el buen gusto de acudir con zapato cerrado. Pero para todo lo demás tienes barra libre.
Por cierto, que de todos los modelos disponibles en el mercado existe un modelo en concreto que se revela como la estrella de la temporada: la sandalia romana.
Inspirada en aquellas que llevaron hace siglos los guerreros del imperio, este accesorio de tiras de piel negras o marrones comenzó a triunfar hace un par de años en las pasarelas de Nueva York y Milán, aunque es este año cuando su consolidación parece del todo definitiva.
Se llevan incluso con calcetines, aunque eso mejor dejárselo a los más atrevidos.