Ocio y cultura

La música es cada vez más previsible

El CSIC ha analizado casi medio millón de canciones compuestas en los últimos 55 años de rock, pop, hip hop, metal y electrónica

Una investigación de CIS nos ofrece la receta a seguir para conseguir una canción actual y de éxito seguroGETTY IMAGES

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha centrado su trabajo en demostrarnos que la música actual es de peor calidad técnica que la que se componía desde principios de los 50. Rara vez se puede demostrar algo tan emocional y sentimental como la música desde la perspectiva científica, pero en esta ocasión se ha conseguido estudiando casi medio millón de canciones de diferentes intérpretes, concluyendo que la música tiende a ser "cada vez más homogénea y con menos sonoridades".

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Previsible. Este es el adjetivo que deberíamos usar para definir la música que escuchamos, o al menos así lo cree el Consejo Superior de Investigaciones Científicas que ha llevado la música a los laboratorios.

Aunque estamos acostumbrados a relacionar ciencia con números, genes o biología, el CSIC nos ha demostrado que hasta lo más emocional y personal como son las notas que salen de una mente creadora al componer, pueden pasar por el rasero de la investigación científica. Tras analizar 464.411 canciones compuestas e interpretadas entre los años 1955 y 2010 de rock, pop, hip hop, metal y electrónica, los investigadores afirman que las canciones de las décadas más recientes "tienden a parecerse más entre ellas que las antiguas". Palabras y resultados que han publicado en el último número de la revista Scientific Reports.

Si agudizamos el oído, y a veces sin hacerlo demasiado pues la similitud es más que evidente, podemos comprobar como cada vez las canciones se parecen más entres sí. La creatividad en la base musical ha bajado en los últimos 55 hasta el punto que, canciones de grupos y estilos incompatibles pueden parecernos obra de la misma guitarra. Es el caso de Sting y su éxito 'Shape Of My Heart' y 'Tu recuerdo' de Ricky Martin, un caso en el que el punteo de guitarra se asemeja tanto en sus notas que pueden percibirse como el mismo, aunque no lo sea. El grupo español KannoN y Mary J. Blige protagonizan otra de estos casos en los que las bases e inicios musicales de sus canciones 'Sal' y 'Family Affair' se antojan parecidas siendo estilos claramente distantes. Sin olvidar las canciones de reggaeton en general que comparten tema, letras y base musical. ¿Casualidad? Puede, pero ahora podemos tener otra explicación.

Atendiendo a los parámetros que se han estudiado, las transiciones entre los grupos de notas han disminuido de forma continua durante los últimos 55 años. Joan Serrà, director del estudio, explica que "estos parámetros musicales en las canciones son como las palabras de un texto y hemos observado que cada vez hay menos palabras diferentes". Con este símil, si hay menos palabras hay menos notas, por lo que el abanico de posibilidades entre las que elegir a la hora de componer se reduce. Al usar siempre las mismas notas y acordes, "es relativamente más fácil predecir cuál será la siguiente nota en una canción actual" y que las canciones se parezcan sin ser un acto intencionado.

Del mismo modo, la experimentación y la mezcla musical en cuanto a instrumentos ha quedado casi desterrada del panorama actual o; mejor dicho, de la industria más comercial, salvándose solo grupos e intérpretes de las esferas más independientes que todavía se atreven a jugar con estilos y sonidos innovadores. Es el caso de grupos de fusión musical como El Bicho o Canteca de Macao que introducen nuevos ritmos en los palos flamencos más tradicionales. Pero la esfera Indie no se queda fuera con el uso de sintetizadores o instrumentos como el Keytar, una unión entre órgano y guitarra.

Pero eso es solo una minoría. Para el resto de la música, la triada guitarra, bajo y batería representan sonidos de recurso que se sabe que funcionan, por lo que siempre se acude a ellos en detrimento de la creatividad. Para Joan Serrà "en la década de los 60, por ejemplo, grupos como Pink Floyd experimentaban mucho más con la sonoridad que ahora".

Receta

En los últimos años no hay verano que no tenga su canción reina, esa melodía que se baila sin pensar y, sobre todo, sin pensar en su letra que suele ser facilona y con tintes de diversión. Con los resultados de esta investigación se podría hacer la receta perfecta para conseguir componer una canción con éxito.

Serrà apunta que la clave está en "los cambios de acordes sencillos" acompañados siempre con "instrumentos comunes y un volumen fuerte" como ingredientes de la música actual. Incluso "realizar estos cambios sobre canciones antiguas puede hacer que suenen a nuevas", apuntándose a la moda de remezclas y versiones tan vintage que se lleva ahora.

 
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