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Un campamento con escasas infraestructuras acogerá a miles de refugiados sirios

Lonas blancas de ACNUR para acoger, en medio del desierto, a los que huyen de la guerra de Siria por el sur del país

Lonas blancas de ACNUR para acoger, en medio del desierto, a los que huyen de la guerra de Siria por el sur del país(CARLA FIBLA)

"Si este sitio se llena tendremos un problema profundo, porque eso es mucha gente y significa una enorme tragedia para Siria". Nos explicaba Andrew Harper, responsable del ACNUR, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados en Jordania, con cierta pesadumbre porque inaugurar un campamento de refugiados es un mal presagio. Se trata de prepararse para lo peor, pero en el caso de Jordania ya han entrado 140.000 personas en los últimos 18 meses, una cifra que ha crecido desde principios de julio a una media de entre 1.500 y 2.000 al día.

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La capacidad del campamento de Zaatari, llamado así porque está situado en una pequeña localidad que lleva ese nombre y que está situada 80 kilómetros al noroeste de la capital, puede acoger a unos 113.000 refugiados.

Esta noche los primeros mil sirios, a los que cada día se unirán otros mil, encontrarán una tienda de lona blanca vacía en la que caben varias familias, cuarenta baños prefabricados y varios lugares donde poder abastecerse de agua potable. Durante la inauguración no hemos visto ninguna instalación eléctrica, a pesar de que el pueblo cercano cuenta con la red nacional. En cambio, desde ACNUR aseguran que será mediante generadores como los refugiados podrán disponer de luz.

Es un lugar inhóspito, donde los trabajadores se afanaban esta mañana por reducir el molesto polvo construyendo caminos de pequeñas piedras blancas. Sin disimular su preocupación, Harper aseguraba que se trata del último recurso después de haber intentado que vivieran en viviendas: "Los lugares de tránsito que estaban preparados para asistir a 2.000 personas están acogiendo a 10.000, por lo que hemos tenido que adaptarnos y seguir utilizando esos centros a corto plazo, como indica su nombre, mientras dirigimos a este campamento a los que deben instalarse de forma más estable".

El Gobierno jordano ha cedido el lugar, una antigua base militar a la que ha regresado el Ejército para garantizar la seguridad de los refugiados, y para que no huyan, porque mientras estén en Jordania el documento que reconoce que son solicitantes de asilo no les permitirá moverse por el país.

Entre la importante representación de autoridades jordana, donde se ha alabado el carácter hospitalarios dl reino hachemí, tierra en la que viven miles de refugiados palestinos e iraquíes, figuraba el ministro de Interior y el de Asuntos Exteriores. Éste último, Nasser Judeh, coincide con la ONU en que el campamento es imprescindible: "Jordania retrasó la decisión de abrir un campamento por muchas razones. Por la sociedad civil, la histórica relación entra familias, matrimonios mixtos entre jordanos y sirios, la presencia de muchos sirios aquí, incluso antes de que comenzase la crisis; pero también porque el número de personas que entraba era escaso, y esperábamos que la solución política se alcanzase en algún momento".

Apenas se ha distribuido información oficial sobre cómo se va a distribuir la comida, el acceso de los menores a las escuelas, las condiciones higiénicas o el apoyo psicológico que necesitan muchos de los que huyen de Siria; aspectos fundamentales para que una comunidad que irá creciendo cada día pueda convivir sin que surjan conflictos que organizaciones no gubernamentales (ONG), también presentes en el acto, señalaban como fundamentales.

La realidad es que tras huir de la violencia, los refugiados sirios tendrán que seguir enfrentándose a una vida muy dura.

 
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