El presunto pederasta asegura ante la policía que "no sabe de qué le hablan"

"Es un auténtico depredador". Así describen al supuesto pederasta de Ciudad Lineal. De nacionalidad española y 42 años, "aunque aparenta menos edad", y un "dilatado historial delictivo, con antecedentes en secuestro, detenciones ilegales, robos con violencia y una condena de siete años de cárcel por abuso sexual de una niña de seis años. Aficionado a las artes marciales y al culturismo se dedicaba a la compra venta de coches y esto le ha permitido seguir actuando y despistar a la policía.

Lo primero que localizó la policía en una web fue el coche donde al menos cometió una agresión. Después se le puso cara por un dato clave que dio una de las menores agredidas, una especie de verruga. Una de las víctimas contó a la policía que su presunto agresor tenía algo en la cara como su mamá y el dato ha sido clave en la investigación. Se montó una patrulla falsa de tráfico para confirmar que el conductor del vehículo tenía algo en la cara y el resultado fue positivo. A partir de aquí se escapa a Santander a casa de unos familiares donde ha estado refugiado hasta que la policía nacional le ha detenido esta mañana.

Por los micrófonos de 'Hora 25' ha pasado José Luis Conde, quien ha explicado que "lo tenían sometido a vigilancia para consensuar y aportar a la autoridad judicial y a la fiscalía todos los indicios para ver si eran suficientes para proceder a la detención". "En todo momento queríamos que la detención llegara a buen fin, el hecho determinantes es el hecho probatorio, y no queríamos que la autoridad judiciales lo pusiera en libertad", ha señalado El comisario jefe de la Brigada de la Policía Judicial de Madrid.

Conde ha asegurado que el momento más delicado fueron los días posteriores a la brutal agresión a una niña china. "Pensaba que a la siguiente la podía matar. Era una angustia, se hicieron unos análisis de datos masivos y de calle. Nos metíamos una presión muy grande", ha relatado en 'Hora 25'. El comisario no descarta que haya más víctimas, pero lo ve complicado por la publicidad del caso. "Los niños cuando sufren algún tipo de agresión se cierran en sí mismos. Estamos rastreando si hay alguna víctima más y no se lo haya comunicado a sus padres. Hemos hecho una estudio, y lo acusamos de esos hechos formalmente".

El comisario se ha limitado a comentar que "los registros han ido bien" pero sí ha explicado que en el traslado de Cantabria a Madrid "ha mantenido silencio y aquí en dependencias policiales lo único que ha dicho es que no sabe de qué le hablan". Además, ha destacado que la trascendencia mediática dificulta enormemente el caso. "Había datos de él que tenía flequillo, según un retrato del padre, y al salir en prensa, se rapó el pelo. Es difícil hacer conivivir el sigilo de la investigación con la labor de la prensa", ha concluido.

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Los siguientes pasos

Al detenido le quedan ahora interrogatorios policiales, seguramente esta noche y el jueves. El viernes pasará a disposición judicial y todo apunta a que directamente irá a la cárcel. Según fuentes penitenciarias, no se le va a aplicar el protocolo de suicidio. Va a ir directamente a una celda de aislamiento, es decir, no va a salir ni para comer, ni al patio, cuando llame por teléfono, el resto de internos ya estarán en sus celdas. Todo con el objetivo de que no le agredan. Según juristas consultados, si se confirma -como ha dicho el ministro del Interior- que hay cinco violaciones consumadas y tres en grado de tentativa, la hipotética condena sería de en torno a los cien años de cárcel.