Un documental ecologista pagado con latas de conserva

Madrid

El legado de las Rías Gallegas, de Jorge J. Candán, es un documental repleto de emocionantes secuencias submarinas. En 60 minutos da tiempo a ver una pelea de pulpos, el cortejo de una sepia macho o cómo una holoturia se defiende de una nécora con una especie de espaguetis pegajosos. Y eso por no hablar de cómo las chopas usan su boca para echar a empujones a todo aquel que amenace sus huevas.

Pero lo más interesante de la obra, desde el punto de vista del consumo y la gastronomía, es que el documental, en el que aparecen portavoces de Greenpeace, WWF o Oceana, no lo ha financiado una organización ecologista ni un millonario de la lista Forbes encaprichado con la conservación de la biodiversidad marina, sino una empresa que se dedica a vender latas de atún o mejillones en conserva: Frinsa.

"Nuestro interés no es algo nuevo", arguye José Aller, responsable de Sostenibilidad de la empresa gallega. Su puesto, sin embargo, solo existe desde hace un año y medio. “Dependemos del mar y tenemos que velar por que el recurso se mantenga. Ser serios y responsables forma parte de nuestro trabajo”, explica por teléfono.

Aller recuerda que Frinsa cuenta con un código de sostenibilidad “publicado en la web desde 2011”, y también que figura como empresa número 1 en la Guía del Atún elaborada por Greenpeace, donde además se elogia su apuesta por la trazabilidad y su lucha contra la pesca ilegal. Albo, Ortiz o Isabel figuran en los últimos puestos de ese mismo ranking.

“El sector ha evolucionado en los últimos años, pero aún tenemos que mejorar”, admite Aller. “Las administraciones, los pescadores… ¡Todos! Hay que cambiar el chip”.

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El responsable de Sostenibilidad de Frinsa dice no sentirse identificado con el concepto ecologista, pero en cambio sí asume que la empresa es “conservacionista”. El legado de las Rías Gallegas, de hecho, aboga por métodos de pesca sostenible como el xeito o el curricán, que implican una selección individual del pescado capturado.

Para Ricardo Aguilar, director de Investigación de Oceana, resulta muy positivo que una empresa que comercia con recursos marinos haya decidido producir un documental sobre su conservación. Un hecho inédito que pone de manifiesto la confluencia de intereses: “Es casi un documental de campaña. Frinsa está lanzando un mensaje muy positivo”.

Aguilar reconoce que es complicado calificar con detalle la actitud de las empresas conserveras porque “el mercado internacional está mal gestionado y, cuando llegan los productos, no te pueden asegurar que la captura no haya sido dañina para el medio ambiente”.

Pero aun con todo, el responsable de Investigación de Oceana asegura que la “presión social” se nota y que los distintos agentes “han visto que tienen que impulsar la sostenibilidad porque, si no, gran parte de los recursos pesqueros se agotarían”. Chefs como Joan Roca o Andoni Aduriz, de hecho, ya se han convertido en activistas de la causa.

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La creación de Reservas Marinas como las de Tabarca, Cabo de Palos o Alborán también ha tenido un efecto muy positivo. “Al final han sido los propios pescadores los que han pedido la creación de esas reservas y eso ha animado a las administraciones y a mucha gente más. No ha hecho falta que haya un grupo ecologista detrás”, dice Aguilar.

“Los políticos suelen ir muy por detrás de la sociedad, pero por fin han empezado a hacerle caso a los científicos y, en los últimos 10 años, se ha mejorado. La Política Pesquera Común (PPC), por ejemplo, ya se ha renovado. El problema es que, como a veces hay que tomar decisiones impopulares, no la están respetando todos los ministros”.

Manu San Félix, de National Geographic, tampoco quiso perderse el estreno de El legado de las Rías Gallegas y, de hecho, durante la presentación, celebrada el pasado jueves en la Casa América de Madrid, resumió el mensaje de la obra de forma muy gráfica: "Llevamos mucho tiempo sacando de una cuenta en la que nadie ingresa. ¡Hay que proteger el mar!".

Pero, ¿qué puede hacer un consumidor para protegerlo? WWF y Greenpeace han publicado guías para el consumo responsable de pescado, y Fish 2 Fork evalúa a los restaurantes en función del impacto medioambiental de los pescados y mariscos que ofrecen en su carta.

A modo de consejos generales, de todas formas, Ricardo Aguilar sugiere comprar productos de costas cercanas o con certificado de sostenibilidad y consumir pescados que estén en la parte baja de la cadena trófica (sardina, anchoa, caballa) con más frecuencia que depredares (salmón, merluza, atún). También evitar lubinas, doradas o salmones de piscifactoría alimentados con harinas de pescado: “Es mejor comerse directamente a los pequeños”.

El documental podrá verse a finales de noviembre en la Semana de Cine Submarino de Vigo y, como el cortometraje La esencia de las mareas, también dirigido por Jorge J. Candán, producido por Frinsa y ya disponible en YouTube, acudirá a varios festivales.