"La gastronomía (también) es política"
Carlo Petrini, fundador de Slow Food, acusa a la industria alimentaria de estar cargándose el planeta y proclama que la gastronomía no solo es lo que vemos por la tele
Girona
Carlo Petrini, fundador del movimiento internacional Slow Food, suma ya 67 años y, a consecuencia de ello, tiene más arrugas y, quizás, menos energía. Pero su paso por el Fòrum Gastronòmic de Girona confirma que hay algo que no ha variado: la radicalidad de su discurso.
El padre del concepto Kilómetro 0 proclama que la alianza entre el chef y el pequeño productor no es una cuestión de solidaridad, sino un acto político importante, y denuncia que hayamos perdido un 60 % de nuestra biodiversidad por motivos productivos y de rentabilidad.
Petrini acusa a la industria alimentaria de estar cargándose el planeta y proclama que la gastronomía no solo es lo que vemos por la tele: “También es agricultura, física, química, antropología, historia, política”… Su argumentario cuenta, además, que un nuevo e inesperado cómplice: el Papa Francisco.
Te han invitado a participar en el Fòrum Gastronòmic, pero tu discurso se ha centrado en lo político y lo económico. Pides un cambio de paradigma…
Idolatramos la economía desde hace solo 100 o 150 años, lo cual, en relación a la Historia de la Humanidad, supone muy poco tiempo. Antes importaban más otras disciplinas académicas, como la filosofía o el derecho. Pero la Economía conquistó el privilegio de convertirse en un fin, dejando a la naturaleza como algo que está al servicio de las finanzas. ¡Todo está al servicio del dinero! Y eso ha generado una grave problema: el cambio climático. Por eso es necesario un cambio de paradigma.
Es fácil decirlo…
¡Nosotros tenemos la capacidad de conseguirlo! Todo pasa por la economía local, y eso tiene que ver con la soberanía alimentaria y la democracia participativa. De esta manera, la gente sencilla puede convertirse en protagonista del cambio. La economía local en red puede transformar la economía global. Nosotros defendemos este modelo porque, aunque a mí el cambio climático ya no me afectará, a ese niño que está allá…
Mucha gente pensará que en un pueblo es sencillo y relativamente asequible abastecerse de productos locales, pero que en la ciudad no hay más remedio que acudir a lo más barato del supermercado…
En 2008 la población de las ciudades superó a la del campo, así que el cambio pasa por fortalecer una agricultura metropolitana de proximidad. En Brooklyn, uno de los barrios de Nueva York, ya hay muchísima huerta en las terrazas. ¡La economía local puede ser la economía de una gran metrópoli como Nueva York!
Esas terrazas están muy bien para la foto…
¡No, no, no! ¡Hay muchos productores! Quizá no sea la solución definitiva, pero Nueva Jersey está a una hora de coche. Al final se trata de que los productos no crucen tres continentes…
Has contado que el Papa Francisco te llamó por teléfono… ¿Cómo fue?
No me lo esperaba. Me pilló en París y conversamos durante 40 minutos, más o menos. Hablamos de nuestras abuelas, de la economía, de los migrantes… El Papa Francisco nació en Argentina, pero es hijo y nieto de emigrantes de mi región, el Piamonte. Pensamos lo mismo acerca de esta situación tan dramática y, además, coincidimos en las causas.
¿Hablasteis de Slow Food?
¡Claro! Siente mucha consideración por nostros. Me escribió una carta diciendo que nuestro trabajo es muy importante y que nos apoya en la lucha por el cambio de paradigma. Comprende muy bien la violencia de la economía y me encanta que la denuncie con un radicalismo tan extraordinario. En este momento ningún líder político en el mundo habla como él.
La influencia de Slow Food se mide mejor en términos cualitativos que en número de socios, ¿verdad?
La vieja concepción que solo atiende al número de carnets ha quedado obsoleta, ya no se corresponde con la realidad. En el futuro serán mucho más importantes las redes, las buenas prácticas o las buenas ideas, y nuestra importancia a nivel global es impresionante.
Dentro de un mes hay elecciones en España. ¿Qué medidas te gustaría que pusiera en marcha quien las gane?
Le pediría tres cosas. Que ayude a los protagonistas de la economía local, fomentando un mercado directo de los campesinos con los ciudadanos. Que fortalezca las redes de productores. Y que acabe con los transgénicos y la producción agrícola a escala masiva.
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...