Galicia y País Vasco acuden a las urnas con España pendiente de los resultados
Nunca unas elecciones autonómicas tuvieron tanta relevancia para el futuro del Gobierno central
Madrid
Las décimas elecciones autonómicas en Galicia y las undécimas de Euskadi, ambas se celebran hoy, mantendrán a los dos presidentes actuales en sus puestos si todos los sondeos publicados aciertan. Tanto Alberto Núñez Feijoo (PP), en Galicia; como Iñigo Urkullu (PNV), en Euskadi, buscan una reelección que las encuestas dan casi por garantizada.
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Núñez Feijoo encara su tercer mandato consecutivo en una comunidad autónoma donde el PP ha gobernado 19 de los 25 años de la reciente etapa democrática. Urkullu revalidaría el cargo de lehendakari, al que accedió en 2012. Euskadi ha tenido lehendakari nacionalista 22 de los 25 años de su historia reciente.
Pese a que no hay grandes incertidumbres respecto a los resultados y a los futuros gobiernos autónomos, toda España mira con atención al resultado de estas dos convocatorias electorales. De las urnas vascas y gallegas pueden depender los movimientos de los cuatro grandes partidos políticos que mantienen bloqueada la formación de un nuevo Ejecutivo en España y se asoman peligrosamente a una nueva disolución de las Cortes para celebrar las terceras elecciones en menos de un año.
Las cábalas políticas hablan de la posibilidad de un batacazo electoral de los socialistas en estos dos feudos, lo que puede desencadenar maniobras de los sectores enfrentados en un partido roto por una batalla soterrada que no ha cesado desde que el pasado 20-D obtuvieran el peor resultado de su historia.
El PSOE vive instalado en las próximidades de un precipicio desde hace meses. La ruidosa batalla por el poder interno ha seguido durante las dos semanas de campaña electoral en Euskadi y Galicia, anticipando unas jornadas decisivas para el futuro de la actual dirección nacional que encabeza Pedro Sánchez.
Mientras, en el PP esperan sentados a ver pasar el cadáver de su enemigo, Pedro Sánchez, como única solución para el éxito de un nuevo intento de investidura de su candidato Mariano Rajoy. Pedro Sánchez, cumpliendo a rajatabla el mandato del comité federal de su partido, no ha querido dar su voto a la investidura de Mariano Rajoy y se mantiene inamovible en el 'no', lo que le ha permitido sumar apoyos dentro de las bases de su partido.
Los escándalos de corrupción, que han salpicado al PP en estas dos semanas de campaña, apenas han minado la moral de una formación convencida de su inevitable éxito si hay una tercera convocatoria electoral.
Ciudadanos, con escasas expectativas en Euskadi y Galicia, sólo espera un milagro para evitar unas terceras elecciones que puedan mermar el respaldo conseguido en los últimos comicios, que ya fue menor del cosechado el 20-D. El “partido útil” que se alió al PSOE en la primera intentona de investidura, y que se ha pegado al PP en la segunda, rechaza ahora una vía alternativa que pase por la alianza con PSOE y con Podemos.
Esta formación se ha embarcado en un debate interno por las formas de hacer política y por las estrategias a seguir respecto a un posible apoyo a Pedro Sánchez para una investidura que hoy se presume inviable.
Con todos estos mimbres, las elecciones gallegas y vascas podrían aclarar el panorama. O dejar empantanado el escenario nacional, pendientes sólo de la consumación del fracaso con la convocatoria de terceras elecciones.