Luis de Guindos, el impulsor de una recuperación económica desigual
El Ministerio queda en manos de Román Escolano, un hombre cercano a De Guindos y con perfil técnico
Madrid
Nadie puede discutir a estas alturas que España es un país en pleno crecimiento económico, tres años consecutivos por encima del 3% y una previsión de creación de 20 millones de empleos en 2020. Pero este "mantra" político que tantas veces le hemos escuchado a Luis de Guindos esconde otra realidad que sigue siendo preocupante: que la recuperación se ha hecho a costa de trabajos precarios y salarios más bajos.
Lejos del PP, cerca de FAES
Más información
Guindos es un 'fan' declarado del Atlético de Madrid hasta el punto de mover su agenda para asistir a la presentacion del libro "100 motivos para ser del Atleti" y contar cómo se sentía en una familia absolutamenta "madridista". Se llevará a Frankfurt su bufanda "colchonera" y su raqueta de tenis, una afición que comparte con algunos compañeros de gabinete.
Auténtico "outsider" en los debates internos del Partido Popular era, sin embargo, un habitual en los seminarios y conferencias de FAES, el "think tank" del ex presidente del Gobierno, José María Aznar. De hecho, formó parte de su primer ejecutivo en 1996 como director general de Política Económica y Defensa de la Competencia para pasar a ser en 2002 secretario de Estado de Economía de la mano de su entonces padrino político, Rodrigo Rato. Se le considera uno de los ideólogos de la polémica desregulación del suelo que alimentó la llamada "burbuja inmobiliaria", una de las causas principales de la grave crisis económica que viviría España años después.
Su paso por Lehman Brothers
Inició su carrera en AB Asesores y la llegada al poder de José Luis Rodríguez Zapatero en 2004 le llevó a refugiarse de nuevo en la empresa privada. La "Gran Recesión" española le pilló como presidente de Lehman Brothers para España y Portugal, la entidad que quebró en 2008 como consecuencia de las hipotecas "subprime" y que provocó el terremoto financiero mundial. Pero lo que debía ser una mancha en su expediente no quebró, en absoluto, su objetivo: ser el "superministro" de Economía de Mariano Rajoy en 2011. Desde la Plaza de Cuzco, sede del ministerio, aplicó desde el primer día las recetas que ya había descrito en el libro "España, claves de prosperidad", editado por FAES. Un libro coordinado por él y que trazaba el camino para la recuperación económica del país: austeridad en el gasto público, creación de empleo, libre mercado y dinamismo empresarial.
Un tijeretazo de casi 20.000 millones de euros
Luis de Guindos se encontró en noviembre de 2011 con una economía en recesión. El PIB se contrajo un 1% después de que el PIB cayera otro 3,6% en 2009. El déficit público había escalado hasta el 9% aunque el gobierno del PP denunció entonces que el déficit real había superado el 11%. El consejo de Ministros aprobó un duro recorte de más de 20.000 millones de euros y De Guindos se aplicó a fondo en la reestructuración bancaria. Aprobó dos decretos que llevaron su nombre, Guindos I y Guindos II, que trataron de suplir las hipotéticas pérdidas que los procesos de capitalizacion blanda, las ayudas del Fondo de Garantía y del FROB y las fusiones frías ensayadas no habían resuelto.
Las primeras víctimas del proceso de reestructuración bancaria fueron las cajas que no pudieron afrontar las provisiones que les exigía el Gobierno. Bankia saltó por los aires y, tras una primera inyección de emergencia, en junio de 2011 se pidió ayuda a la Unión Europea para el rescate financiero que superó los 100. 000 millones de euros aunque después se acabarían utilizando poco más de 43.000 millones para sanear todo el sector. El ejecutivo dijo entonces que este rescate no costaría dinero a los españoles pero lo cierto es que el Banco de España reconoció el año pasado que ,de las aportaciones del Estado a la banca- unos 56.000 millones-, había que dar por perdidos casi 43.000 millones, aún contando con lo que se puede recuperar con la privatizacion total del Bankia.
Estas maniobras para salvar a Bankia hicieron añicos la amistad que mantenía con Rodrigo Rato, que entonces presidía la entidad, y que, en la actualidad, está condenado a varios años de cárcel por las "tarjetas black" y pendiente de otros juicios por la fracasada salida a bolsa de la entidad financiera.
El esquema de reparto de poder que diseñó Rajoy para el equipo económico le llevó a tener contínuos desencuentros con el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, especialmente cuando el ejecutivo optó por la rebaja de impuestos anunciada justo antes de las elecciones de diciembre de 2015, que contribuyó a aumentar de nuevo el déficit público
Hábil negociador europeo
De Guindos se tuvo que emplear a fondo en las reuniones europeas para conseguir renegociar una prórroga en los objetivos de déficit público que evitara las multas que se cernían sobre España. Aprovechó esas relaciones "casi familiares" que se tejen en las cumbres europeas para alimentar una buena amistad con el ministro de finanzas alemán, Wolfang Schaüble, cuyo apoyo no fue suficiente para que Guindos consiguiera presidir el Eurogrupo. Este primer tropiezo no impidió que el ministro siguiera aspirando a conseguir algun puesto relevante en Europa.
De su legado en el ministerio queda la ley hipotecaria, que ahora camina por el congreso de los Diputados tras meses en el cajón por la parálisis política originada en el conflicto catalán. Esta ley, pensada para aumentar los derechos de los clientes bancarios tras el escándalo de las claúsulas abusivas, no ha logrado el apoyo político del psoe porque considera que sigue beneficiando a los bancos. También ha sacado adelante una nueva ley concursal para evitar que las empresas entren en procesos de insolvencia y la ley de Segunda Oportunidad, pensada para particulares y trabajadores por cuenta propia que han acabado con más deudas de las que pueden pagar en ese momento y que apenas ha calado entre la opinión pública.
Nieves Goicoechea
La mayor parte de mi carrera la he desarrollado en la radio. También “conocí el poder por dentro” como...