Come yogures, salva un burro
Dos burros y seis mastines protegen a las vacas de una empresa gallega de yogures 'premium'
A Coruña
La empresa Casa Grande de Xanceda cuenta con 380 vacas lecheras que viven en una finca ecológica de 220 hectáreas en la que se alimentan, básicamente, de pasto. Su producto estrella es el yogur, pero al Fórum Gastronómico de Coruña también han acudido con su mantequilla ecológica, un queso para untar bajo en grasa y un queso curado en cebada. Productos top que normalmente no cuentan con más promoción que el boca-oreja de quienes ya los han probado.
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"Nunca vamos a poder competir en cantidad ni en precio (sus yogures se comercializan en pack de dos por un precio que ronda los dos euros), pero sí en calidad", explica María Bermúdez en el espacio Mercado de la Cosecha.
Situada en Mesía, entre A Coruña y Santiago de Compostela, Casa Grande de Xanceda es un buen ejemplo de cómo una empresa agroalimentaria con más de 50 años de vida puede seducir a los profesionales de la gastronomía, innovar para hacerse un hueco en la gran distribución y, a la vez, fijar población y dinamizar la economía del llamado rural galego.
Su última apuesta es Junior, un yogur ecológico y sin azúcares añadidos dirigido a niños y elaborado con diferentes frutas y verduras (melocotón, zanahoria y uvas). Un producto con el que pretenden conquistar el paladar de los más bajitos de casa y, a la vez, convencer a sus padres de que se están llevando un producto saludable.
Pero en Casa Grande de Xanceda no solo buscan encajar en las últimas tendencias sobre alimentación saludable. "También estamos muy concienciados con la sostenibilidad, el bienestar animal y el cuidado al medio ambiente", explica Bermúdez. Una convicción que ha convertido a los burros Junior y Valentina en las estrellas de sus redes sociales, por encima incluso de las vacas.
"En 2011 tuvimos un grave problema con los ataques de lobos y no sabíamos qué hacer, así que nos pusimos en contacto con la Fundación del Lobo Ibérico y nos recomendaron que tuviéramos mastines. De ahí que tengamos seis mastines guardavacas, que tienen un tamaño considerable y un instinto natural de protección del ganado. Pero les ayudan dos burros porque tienen un oído muy fino y detectan a los lobos mucho antes. Sus rebuznos alertan a los perros y se ponen en guardia".
La propietaria de la empresa importó la idea de Namibia, donde al parecer usan a los burros para proteger al ganado de los guepardos. ¡Y funciona! "Queremos demostrar que puedes tener una explotación ganadera y convivir con los animales salvajes", explica Bermúdez. "Tenemos que poner el burro en valor. Fue un animal superimportante en Galicia, pero hoy está casi en peligro de extinción".
Como homenaje, los burros y los mastines ya aparecen en el packaging de sus yogures bebibles. Pero también han puesto en marcha una campaña —Vaya burrada— para conseguir que haya un emoticono del burro en WhatsApp. El objetivo es llegar a 5.000 firmas y, de momento, ya tienen casi 3.000.
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...