La normalidad no volverá con la primera vacuna, según Bill Gates
Se necesitaría una vacuna superefectiva y aplicada a un porcentaje suficiente de población
Madrid
La normalidad previa a la pandemia de coronavirus se percibe como algo muy alejado de la realidad actual. Pese a que parecía que la llegada de una vacuna eficaz para hacer frente a la COVID-19 permitiría regresar a la rutina de hace unos meses, el fundador de Microsoft Bill Gates asegura que no es suficiente.
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En una entrevista en el canal de noticias de la estadounidense NBC, el magnate mantuvo que "la única forma de volver por completo a la normalidad es teniendo, quizás no la primera generación de vacunas, sino una superefectiva y que sea aplicada a muchas personas". Así, dijo, se podría acabar con la enfermedad "a nivel mundial". Solo entonces sería posible comenzar a ofrecer soluciones a los numerosos problemas generados por la pandemia, entre los que Gates destacó "el ámbito de la educación y el de la salud mental".
El tratamiento experimental de Trump, "el más prometedor"
Preguntado por los diversos tratamientos en pruebas, Gates apuntó al Regeneron, el cóctel experimental de anticuerpos que recibió el actual presidente estadounidense, Donald Trump, al dar positivo en COVID-19, como la medicación "más prometedora". Junto a la de la farmacéutica Eli Lilly, "podría reducir bastante la tasa de mortalidad", señaló.
No obstante, el filántropo advirtió de que "no queremos que los políticos digan qué debería ser aprobado", después de que Trump declarara sobre la "bendición" que supuso para él contraer la COVID-19 a la hora de sacar a la luz este fármaco. En su lugar, Gates defendió que la última palabra tiene que estar en manos de autoridades científicas, como la Administración de Medicamentos y Alimentos estadounidense (FDA por sus siglas en inglés).
Asimismo, pidió que se actúe rápido para que el tratamiento llegue al mercado "en los próximos meses". "Tenemos poco tiempo para salvar vidas", apremió, ya que indicó que en Estados Unidos tendrán de nuevo "niveles récord de muertes en otoño".
Escepticismo y redes sociales
El escepticismo es uno de los obstáculos para que la vacuna sea eficaz y se logre una inmunidad colectiva. De hecho, casi la mitad de los españoles aseguran en el último barómetro del CIS que no se la pondrían de forma inmediata en cuanto esté disponible.
Gates considera que esto supone "un problema". "Lo que espero es que, una vez se haya vacunado el 20 o el 30% de la población, la gente vea que está yendo bien y se den cuenta de que al ponerse la vacuna protegen a otras personas al mismo tiempo que se protegen a ellos mismos", deseó el filántropo.
Respecto a los bulos difundidos a través de redes sociales, insistió en que "es necesario hacer algo", aunque admitió la complejidad de aunar el mantenimiento de la libertad de expresión con la lucha contra las teorías conspiradoras. "Tengo esperanza en que podamos obtener soluciones creativas que sirvan para minimizar estas falsas creencias que empeoran la pandemia", confió.
Apoyo de la Fundación Bill y Melinda Gates a la distribución de la vacuna
La Fundación Bill y Melinda Gates ha destinado ya más de 300 millones de dólares a la lucha contra el coronavirus. Asimismo, continúa enfatizando la necesidad de facilitar el acceso global al diagnóstico, la medicación y la vacuna para la COVID-19. Y es que, según un informe de la propia organización, la pandemia ha retrasado en 20 años el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
Según el magnate, el mundo tardará en recobrarse de los efectos de la crisis sanitaria en la pobreza y la educación "al menos diez años", sobre todo entre los más vulnerables, que "han sufrido de forma desproporcionada". Por todo ello, Gates subrayó la necesidad de "actuar unidos", en particular en su país, donde, a su juicio, están llevando a cabo "el peor sistema de testeo del mundo".