Un cachopo con gamoneu "de cine": así es el bocadillo que el chef Ricard Camarena le dedica a Luis Enrique
El cocinero valenciano recrea el ímpetu del seleccionador de la Roja en un bocadillo 100% asturiano
Madrid
Los partidos de la Eurocopa se disfrutan más con un buen bocadillo delante. Por eso hace unos días Pacojó le pidió al chef Ricard Camarena que diseñara un bocadillo con el que merendarnos a la selección sueca... y el resultado —el del bocadillo, se entiende— fue exquisito: albóndigas, cacahuetes, anguila ahumada...
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Pues bien, ahora es Pepa Blanes, directora de El Cine en la SER y valenciana de pro, quien ha retado al cocinero che a crear un bocata de película en honor al seleccionador de la Roja: Luis Enrique.
Un desafío al que Camarena ha vuelto a responder con una creación irresistible: pan de chapata, un cachopo relleno de gamoneu (un queso espectacular, pero bastante menos conocido que el cabrales), apio picado, manzana verde (por aquello de la sidra), y una salsa con yema de huevo, maíz y cebolla caramelizada.
Los bocadillos de la Eurocopa están a la venta en el servicio de delivery de Canalla Bistró (pack de ensaladilla, bocata y helado, 25 euros), pero tampoco conviene perderse la oferta de bocatas de Central Bar, el local especializado en cocina de mercado que el chef tiene en el Mercat Central de València.
"Tenemos cuatro o cinco diferentes al día. Hay uno que se llama Ricard Camarena y lleva cabeza de lomo asada a baja temperatura con cebolla a la plancha, queso fundido y mostaza", explica. "El Canalla va relleno de morcilla de cebolla picante con revuelto de huevo y pimentón encurtido. El de sepia a la plancha con salsa Mery. El Tonyineta, de atún con aceitunas y tomate rallado... Y luego siempre tenemos un bocadillo del día con alguna verdura o algún pescado".
Para quien no viva en Valencia —el propio Luis Enrique, sin ir más lejos—, la receta no es complicada y se puede adaptar utilizando otro tipo de queso. El bocata resultante no estará tan bueno como el de Ricard Camarena (y quizá no sea tyan asturiano), pero lo importante, al final, es disfrutar del fútbol y de la comida.
Un chef amante del bocadillo
La afición de Ricard Camarena por los bocadillos viene de lejos. De pequeño siempre iba al cole con uno en la mochila. Sus padres regentaban un supermercado y lo más habitual es que dentro llevase jamón, queso o embutido. Pero los dos que más le gustaban eran "el de atún con aceitunas" y el de tortilla de patatas que intercambiaba con su primo Marcos. "¡Los suyos eran más grandes!", explica.
La época en la que más ha gozado de los bocadillos, sin embargo, fue en la que —antes de ser cocinero— se dedicó a la mampostería, entre los 19 y los 24. "Era un trabajo duro. Ahí sí que era de bocata diario", dice el chef. "Ahora no como tantos, pero los sigo considerando un lujazo con el que salir de la rutina, así que intento darme el capricho de vez en cuando".
Pero al preguntarle por el mejor bocata de su vida, curiosamente, vuelve de inmediato a su niñez: "Los sábados en el supermercado tenía tiempo para almorzar a media mañana y cumplía con una ceremonia que me encantaba. Me iba al horno del pueblo y compraba pan recién hecho. Luego cortaba jamón york, chorizo y queso de barra, restregaba el pan con tomate... y lo marcaba todo en la plancha, tanto el pan como el relleno, metiendo dentro todo el aceitillo que soltaba".
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...