Gastro

Denuncian a un restaurante que cobra 100 euros por cancelar la reserva con menos de 24 horas de antelación

FACUA asegura que la penalización llega a superar el precio de algunos de los menús que ofrecen

La política de cancelación "está dentro de la ley", asegura el propietario del restaurante en declaraciones a la Cadena SER

Hombre comiendo un menú en un restaurante. / Getty Images

Madrid

La Fundación FACUA-Consumidores en Acción, dedicada a la defensa de los derechos de los consumidores, ha denunciado ante la Dirección General de Comercio y Consumo de la Comunidad de Madrid al restaurante El invernadero del chef Rodrigo de la Calle, por penalizar con 100 euros a los clientes que no se presenten tras haber realizado una reserva o que la cancelen con menos de 24 horas de antelación.

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Esta asociación ha podido comprobar que en la página web del restaurante se recoge en las condiciones de las reservas que "todas las cancelaciones han de realizarse 24 horas antes de la reserva, si no están dentro de este plazo se cobrará una cantidad de 100 euros por comensal".

FACUA considera absolutamente desproporcionado que el establecimiento imponga a los clientes una penalización que llega incluso a superar el coste de algunos de los menús que ofrece. Los precios de los menús oscilan entre los 99 y los 155 euros. Por lo que, la empresa gana más dinero con las cancelaciones que con los clientes que acuden a comer allí.

La asociación señala que al cancelar la reserva o no asistir al establecimiento no se acredita ninguna clase de perjuicio o daño efectivo para el restaurante, pues el usuario no llega a hacer uso de servicio alguno del establecimiento. Es más, con la penalización, se le obliga al cliente al abono de cantidades por servicios que el restaurante no ha prestado.

Por el contrario, el restaurante no recibe ninguna penalización en el caso de que el local no pueda garantizar la mesa reservada al cliente en el día y hora señalados.

Declaraciones de Rodrigo de la Calle a la SER

El chef y propietario de El Invernadero niega la mayor y, además, asegura que no tiene ninguna constancia de la denuncia de FACUA. En declaraciones a la Cadena SER, el cocinero madrileño asegura que su política de cancelación "está dentro de la ley", que es similar a la de muchos otros restaurantes y que, además, es algo que gestiona la empresa de reservas Cover Manager.

"Llevamos años haciéndolo, pero solo aplicamos los fines de semana para asegurarnos de que la afluencia es del 100%. Es cierto que no puedes cobrar más de lo que cuesta el menú, pero es que nuestro menú es de 99 euros sin incluir las bebidas, el servicio de quesos o el café e infusiones. Nosotros facturamos más de 100 euros por cliente", explica por teléfono. "Decir que ganamos más con las cancelaciones me parece una barbaridad".

Pero el chef detalla que no siempre se aplica la política de cancelación al pie de la letra: "Solo lo cobramos si la gente no avisa, que es algo que sucede tres o cuatro veces al mes. También somos personas y, cuando nos llaman porque ha habido un imprevisto o algo relacionado con el COVID, buscamos una solución".

De la Calle asegura que aplicar esa cláusula no es plato de buen gusto para nadie —"pierdes un cliente"—, pero argumenta que en su restaurante hay un montón de gente trabajando desde primera hora y que, aunque esa mesa se quede vacía, tiene que pagar las nóminas, la luz y los productos utilizados, que además, en un restaurante como el suyo, especializado en vegetales, son muy perecederos.

Producto fresco cada día

"Damos 24 horas porque eso es lo que tardo yo en organizar el sistema de mesas, la limpieza del restaurante, y la compra, preparación y elaboración del producto. Nosotros no dejamos las cosas en un tupper. Cocinamos con productos frescos cada día, especialmente para cada cliente", añade.

"Es lo mismo que un hotel", señala el chef. "¿Por qué todo el mundo da por hecho que el hotel puede cobrarte la habitación si no te presentas, y en cambio un restaurante no puede hacer lo mismo?".

El Invernadero, distinguido con una estrella Michelin, no es un restaurante vegetariano, pero sí es una referencia en cuanto a la utilización de productos de origen vegetal. Su chef, Rodrigo de la Calle, lleva años abogando por un mayor consumo de verduras, hongos, algas o raíces, entre otros. Algunas de sus creaciones, de hecho, se han convertido en iconos de la cocina creativa y sostenible.

El establecimiento, situado en la calle Ponzano de Madrid, cuenta con cuatro opciones de menú degustación: Verde (válido para veganos, por 99 euros), Azul (con un plato de pescado, 125), Rojo (con un plato de carne, 125) y Vegetalia (con las últimas creaciones del chef, 155).

Qué dice la ley

El artículo 87 del Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias, considera una cláusula abusiva "la retención de cantidades abonadas por el consumidor y usuario por renuncia, sin contemplar la indemnización por una cantidad equivalente si renuncia el empresario", según recuerda FACUA.

El mismo artículo contempla también como cláusula abusiva el "el abono de cantidades por servicios no prestados efectivamente […] o la fijación de indemnizaciones que no se corresponden con los daños efectivamente causados".

Por otra parte, la la Ley 11/1998, de 9 de julio, de Protección de los Consumidores de la Comunidad de Madrid, recoge en su artículo 50 como infracción "la inclusión de clausulas abusivas en las condiciones generales de los contratos y las ofertas publicitarias, así como la realización de prácticas no consentidas expresamente por los consumidores que, según la legislación aplicable, resulten abusivas y lesionen sus derechos".

Por todo ello, FACUA ha denunciado a la empresa propietaria de El Invernadero, Gastrobotánica SL, por imponer una cláusula abusiva en su política de reservas.

 
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