De Járkov a Torrejón de Ardoz: la fascinante historia de Elías Dosunmu, el cocinero "normal" que arrasa en TikTok

Elías Dosunmu es un perfecto desconocido para la media España que aún vive ajena a lo que se cuece en TikTok. Para la otra media, en cambio, es una estrella en ciernes. Sus vídeos, en los que habla de restaurantes asequibles, propone trucos de cocina o explica recetas de forma sencilla, le han llevado a fidelizar a más de 5 millones de personas (entre YouTube, Instagram y, sobre todo, TikTok). Pero la fascinante historia de este cocinero de 24 años va mucho más allá de las cifras. Nació en Járkov, la segunda mayor ciudad de Ucrania y una de las más castigadas por las tropas rusas desde que empezó la guerra. Pero aunque su madre es ucraniana, pasó buena parte de su infancia en Moscú y, dado que su padre es mitad murciano, mitad nigeriano, acabó trasladándose a Torrejón de Ardoz, donde ha pasado los últimos 10 años. Entre una cosa y otra, de todas maneras, ha pasado muchos veranos en China, que es donde empezó a interesarse por la cocina. Hasta hace un par de años, de hecho, Elías era un cocinero anónimo que trabajaba en una conocida cadena de restaurantes de Madrid. No ha pasado por ninguna escuela de cocina, pero sí ha saboreado las condiciones laborales del sector. Según cuenta, de hecho, en su último puesto de trabajo no le echaron, sino que le engañaron para que se fuera sin derecho a indemnización ni paro. Fue entonces, al no poder cocinar para sus clientes, cuando decidió volcarse en TikTok, donde habla de los restaurantes que ha visitado, prepara platos combinando ingrediente «a ojo» o explica, de forma sencilla y divertida, cómo hay que abrir un huevo. Últimamente, además, ha asumido el reto de mejorar productos —de la lechuga a la Coca-Cola, pasando por el hielo— y de convertir menús de las grandes franquicias de comida rápida —McDonalds, Burger King o KFC— en platos de alta cocina. A diferencia de lo que hacen muchos influencers gastronómicos, además, Elías suele frecuentar restaurantes asequibles. «Es que yo nací y me crie en un país no muy rico, así que lo de pagar 300 euros por un menú degustación de 10 platos no lo veo bien. No tengo nada en contra de estos restaurantes. De hecho, tengo mucha curiosidad por ir al Diverxo de David Muñoz y ya he ido a Coque, de Mario Sandoval. Pero, por mucho que lo enseñe, quizá vayan a ir solo 10 personas de las 500.000 que me ven». Uno de sus preferidos, de hecho, es el Kebab Nazar de Torrejón de Ardoz: «Es como un bar en el que hacen kebabs. ¡Está muy rico! Es el mejor que he comido en mi vida... y, aunque seguramente ahora han tenido que subir un poco el precio, costará unos 5 euros». Elías no es el único cocinero que triunfa en TikTok, pero sí es el más exitoso. «Pero no me considero solamente cocinero», señala. «Nunca he querido ser un influencer que solo hace recetas. Siempre he querido hablar de todos los aspectos de la comida: enseñar los restaurantes, hacer comparativas de productos... Aunque es verdad que se me conoce, sobre todo, por las recetas. El otro día se me acercó un chico diciéndome que su abuela había preparado uno mis platos». «Por la calle se me acercan tanto padres como niños y, cuando a un hombre de 40 años le tiemblan las manos por hacerse una foto contigo, te sientes un poco raro, la verdad. Yo soy una persona normal, un chico de Torrejón de toda la vida. A veces es difícil asumir que te sigue tanta gente», explica. Su discurso, además, es muy similar al de Karlos Arguiñano, un vasco de 70 años que lleva media vida pidiéndole a la gente que cocine en casa con productos frescos, aunque a él solo le suena porque no ve la televisión. «Al final todos los cocineros tenemos los mismos pensamientos», dice. «La cocina que preparas en casa es más natural. La carne picada de supermercado es una porquería, pero puedes comprársela a tu carnicero de confianza, que igual te sale más cara, pero va a estar mejor». Elías Dosunmu ha mostrado muchos platos típicos de la cocina ucraniana y también ha publicado vídeos mostrando restaurantes de Kiev. Al ver lo que publicó hace solo tres meses, de hecho, no puede evitar emocionarse: «Ese restaurante está a 10 minutos andando de la oficina del presidente, donde los rusos intentaron asesinar a Zelenski. Al verlo se me está poniendo la carne de gallina». El joven cocinero explica que tanto su familia como sus amigos están bien: «No conozco a nadie que esté herido o haya muerto. Casi todo el mundo se ha ido al oeste de Ucrania o a países fronterizos como Polonia o Rumanía. Pero tenemos una casa ahí y ahora mismo no sé si sigue en pie o si han bombardeado el barrio y ya ha desaparecido». Al pedirle una reflexión sobre lo que podemos hacer para ayudar, agradece la labor de José Andrés y recuerda que él mismo ha puesto en marcha una campaña solidaria, junto a otros influencers, para recaudar fondos para los refugiados. Pero va más allá. «He visto que Pedro Sánchez ha estado en Kiev», dice. «Solo pedimos que cierren los cielos de Ucrania porque sigue muriendo gente. Hace poco encontraron a una niña de 11 años a la que habían violado después de matar a sus padres. ¡Eso no puede pasar en Europa en el año 2022! Y no puede ser que Alemania diga que lo siente mucho por Ucrania, pero que va a seguir pagando a Putin por el gas. Me gustaría que los políticos fuesen menos políticos y más humanos».

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Carlos G. Cano

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