"Andy Warhol era un poco gilipollas, pero genial": la increíble vida de Pepe Dámaso, el último genio de Canarias
Pepe Dámaso y César Manrique formaron un tándem artístico y una pareja de amigos inseparable durante décadas. Con motivo de su noventa cumpleaños, Dámaso recuerda alguna de sus mejores anécdotas juntos
"Warhol era un poco gilipollas, pero genial": la increíble vida de Pepe Dámaso, el último genio de Canarias
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Gran Canaria
Cuando el artista canario Pepe Dámaso inauguró una de sus primeras exposiciones, el escritor grancanario Luis Doreste Silva -amigo del poeta Federico García Lorca, entre otros-, escribió una crítica. Asombrado por la calidad de la obra del artista, Silva planteó que Pepe Dámaso debía seguir el destino irremediable de todos los canarios que buscan el éxito: viajar a Madrid. "Yo pensé, mira, se ha dado cuenta", explica Pepe Dámaso a sus noventa años. No obstante, con la excusa del servicio militar, Dámaso marchó a la capital y visitó con frecuencia la Galería Clan, donde conoció a César Manrique. Además de Manrique, en aquella modernísima galería expondrían algunos de los mayores genios de la historia del arte contemporáneo en España: Picasso, Miró, Calder, Ferrant o Caballero entre otros.
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"Lo había visto (a Manrique) pintando los murales de Arrecife y dije: tengo que conocerlo. Él me dijo que era canario y artista, y que estaba cansado de los canarios porque no le hablaban de arte. Esa noche lo dejó todo para irse conmigo, y allí hicimos un pacto de amistad que duró cuarenta años", cuenta Pepe Dámaso a sus noventa años. A pesar de su avanzada edad, en su cara está todavía la emoción de un adolescente que habla de su amor platónico. "No hubo homosexualidad entre nosotros, y no hubo nunca ningún tropiezo, con toda la maldad que había..., de que alguien nos insultara", rememora. "Eso si, una periodista nos preguntó: ¿ustedes son maricones? Y nosotros respondimos que no, pero qué pena no serlo para ser más felices todavía", añade. No sabemos qué diría César Manrique al respecto, porque murió hace más de treinta años en un terrible accidente de tráfico.
Dámaso y Manrique viajaron juntos por todo el mundo
Pepe Dámaso y César Manrique se conocieron en 1954 y su relación fue muy estrecha desde el primer día. Además de una profunda admiración artística, había también una amistad sincera y profunda. Según Pepe Dámaso, existen más de ochocientas cartas inéditas que se enviaron durante cuarenta años. "En Nueva York fuimos a fiestas de Andy Warhol, y le conocí. Era medio gilipollas pero era un tipo genial. También fuimos a Egipto, a Brasil..., cuando se casó por primera vez. Es que tengo noventa años y soy perro viejo", rememora Pepe Dámaso emocionado al recordar a su viejo amigo.
Antes de que llegara el Pop Art, Manrique y Dámaso se dieron cuenta de que el futuro del arte estaba en el diseño. "Manrique y yo lo dijimos en una época muy difícil, cuando al artista español le daba vergüenza hablar del diseño", explica Dámaso. En opinión de la experta Violeta Izquierdo, en su obra pictórica sus caminos fueron diferentes: "Manrique se decantó por la abstracción y el informalismo arraigado en la naturaleza volcánica de Lanzarote, mientras que Dámaso explora más la figuración y el simbolismo, con referencias a la cultura, la historia y la religión canarias, así como a su propia biografía", escribe Izquierdo.
Pepe Dámaso: un artista total diferente a César Manrique
Pepe Dámaso es un volcán de creatividad y de vida. A pesar de sus noventa años, el artista rebosa vitalidad y energía y mantiene el sentido del humor y la pasión. La obra de Pepe Dámaso está atravesada por la influencia de la cultura canaria. El artista multidisciplinar ha sido capaz de pintar, pero también ha pasado por la escultura, la decoración y el cine: lo que le convierte en un artista total. La fusión entre la tradición y la modernidad, el uso de una simbología propia y la experimentación con materiales y técnicas son también características de su obra. Además, existe un enorme compromiso social y una espiritualidad fundamental en toda su trayectoria.
A diferencia de Manrique, que optó por la abstracción y el informalismo, Pepe Dámaso se mantuvo siempre fiel a la figuración. Su trabajo está lleno de aristas. Se caracteriza por una profunda conexión con la cultura vernácula pero también con el arte internacional y de vanguardia. Es poseedor de un alfabeto propio que invade toda su producción, lo que hace fácilmente reconocible su trabajo. "César Manrique era dogmático con el informalismo, porque era abstracto, y me lo quiso pegar, pero yo no le hice caso", rememora Dámaso. Manrique valoró la parte intelectual del artista nonagenario. "Llevamos caminos distintos en lo artístico", añade.
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"Con elegancia, perseverancia, amor y reconocimiento a su genialidad fui buscando la figuración, que era lo que me interesaba para expresarme. No me sometí al informalismo. Hice cosas abstractas, pero tenía conciencia de que para hacer Juanita, La Rama o los Héroes Atlánticos, tenía que ser figurativo, pero con una experiencia del informalismo. No le hice caso en cuanto al dogmatismo que tenía con la abstracción", explica Pepe. "Manrique sabía que su genialidad partía del sentido plástico que tenía. Sin el César Manrique pintor no vendría lo que vino después", añade.
Javi Rodríguez
(La Palma, 1991) Periodista vinculado a la Cadena SER en Canarias desde el año 2009, apasionado de los...