La ayuda de emergencia del Banco de Alimentos de Cuenca llega a más de 3.000 personas

Cuenca

El Banco de Alimentos de Cuenca gestiona en torno a 400.000 kilos de productos no perecederos al año (390.000 kg en 2021 y previsiones de superar esa cantidad en 2022). Leche, harina, aceite de oliva y girasol, arroz, legumbres en seco y cocidas, pasta, tomate frito, platos precocinados y conservas en lata, galletas, chocolate y leche en polvo, son los productos más habituales que reparten a las familias más necesitadas de la provincia de Cuenca.

Actualmente atienden a cerca de 8.500 personas, 3.000 de ellas solo en la ayuda de emergencia, un servicio exclusivo de este Banco de Alimentos de Cuenca puesto en marcha por sus voluntario con el inicio de la pandemia de covid en marzo de 2020 y que mantienen hasta el momento.

Desde Hoy por Hoy Cuenca hemos querido conocer cómo trabajan en las instalaciones que les sirven de almacén, dos naves cedidas por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana en la parcela 7B del polígono industrial de Los Palancares de Cuenca.

El reparto

A las diez de la mañana han citado a una veintena de familias para el reparto mensual de un lote de alimentos, pero desde las nueve y media, o antes, ya esperan a la puerta del almacén. Hoy hace sol, y a pesar de que en Cuenca ha amanecido con 4º C, a esta hora la temperatura ya es agradable.

“Esto es un alivio para toda la familia”, nos cuenta Karen, en situación de desempleo, separada y con dos hijos. “Ahora no hemos cobrado aún el paro, tengo dos hijos igual y tenemos que comer. Esto es una ayuda muy grande para nosotros”.

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“Los lotes de alimentos que repartimos se conforman en función del número de miembros de cada familia y procuramos que lleven un poco de todo”, explica Antonio Villaseñor, el presidente del Banco de Alimentos de Cuenca, cargo al que llegó a los pocos años de entrar como voluntario. Ahora tiene 77. “Me prejubilé pronto en la banca y me propuse mantener una vida activa”, dice.

“Yo llevo aceite, harina, arroz, alimentos no perecederos y que le sirven a uno bastante para la canasta familiar”, nos cuenta Ana Milena, colombina que vive con su hija en Cuenca “trabajando de forma irregular, como llaman aquí, en B, mientras espero a que se pueda tramitar mi residencia en España”.

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Asociación benéfica

El Banco de Alimentos de Cuenca es una asociación benéfica sin ánimo de lucro como el resto de los 57 Bancos de Alimentos que conforman la federación nacional. Su funcionamiento se basa en el reparto de los alimentos aportados por el Fondo Español de Garantía Agraria a través de varias decenas de asociaciones y entidades del ámbito social que, a su vez, con sus propios baremos, hacen llegar los lotes de alimentos a familias de toda la provincia”. Esta entidad cuenta con el apoyo de la Reina Sofía que visitó las instalaciones de Cuenca en mayo de 2021.

Ayuda de emergencia

“La Ayuda de Emergencia es un invento nuestro, somos el único Banco de Alimentos de España que la desarrolla”, explica Villaseñor. “Aquel martes fatídico del inicio del confinamiento se lo propuse a los voluntarios y dijeron que adelante. Los fondos con los que atendemos esta ayuda los adquirimos con subvenciones de la Junta, de la Diputación, de Globalcaja, con donaciones de supermercados, de empresas y de los propios conquenses”.

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El baremo que utiliza el Banco de Alimentos de Cuenca para decidir a qué familias atender con el programa de Ayuda de Emergencia “es bastante sencillo”, dice Villaseñor, “el paro, el empadronamiento y los ingresos, si los tienen de alguna forma. Hay algunos que vienen sin papeles, sin nada, que los van acogiendo sus familiares donde sea, porque hay pisos de 80 metros cuadros, con tres dormitorios, en los que tienen que vivir tres familias”.

“Si no fuera por esto, tendría que recurrir a la familia”, confiesa Gloria, “yo soy de Cuenca y al menos tengo ese apoyo y los 450 euros que nos dan que me sirven para pagar el alquiler y poco más”.

Voluntarios

Entre diez y doce voluntarios del Banco de Alimentos se encargan cada día de sacar adelante las tareas diarias de recogida, almacenamiento, conservación y reparto de alimentos. Luis Carlos Popó lleva más de diez años de voluntariado: “Hacemos de todo, repartir, limpiar, organizar, recibir, entregar, de todo. Esta mañana estoy preparando los lotes que hay que entregar. Me encanta ser voluntario”.

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José Manuel se apuntó al voluntariado del Banco de Alimentos “después de participar en una Gran Recogida, vi que aquí solo podía haber gente buena y me quedé”. Esta mañana le encontramos también preparando lotes de alimentos. “Dos de zumo, atún, arroz, aceite, galletas, judías, garbanzos…”, enumera, “y una bolsa de cebollas, que tenemos varios palés que nos han donado para repartir ahora tras la recolección”.

Gran recogida

Más de 80.000 kilos se llegaron a acumular en la última edición de la Gran Recogida, en 2019, antes de que la pandemia trastocara tantos planes y métodos. En los últimos dos años se ha realizado de forma virtual, con donaciones económicas por parte de los ciudadanos colaboradores en las líneas de cajas de los supermercados. Con lo recaudado se compraban después de los alimentos.

“Este año será mixto”, explica Villaseñor, que ya avanza que la Gran Recogida de 2022 será el fin de semana del 25, 26 y 27 de noviembre. “Se podrán donar alimentos no perecederos en los supermercados y se podrá hacer también el ingreso online”.

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De cara a esa gran recogida, en Cuenca buscan voluntarios. En 2019 fueron más de 250. Son muchos los puntos que cubrir esos días y esperan que sean también muchos kilos los que recoger. “Solo es necesario querer”, dice Villaseñor. “Es trabajo pero además te tiene que gustar y tienes que querer ayudar. Aquí no hay sueldos. Lo único, la satisfacción de ayudar a los demás, como la que me queda a mí cuando un día llego a casa sabiendo que Globalcaja me ha renovado el convenio para alimentos”.