Este miércoles, 12 de octubre, se celebra el Día de la Fiesta Nacional, que recuerda la llegada de la expedición de Cristóbal Colón a América, «una efeméride histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los reinos de España en una misma monarquía, inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos», según explica el Ministerio de Defensa. Como suele ser habitual, el acto central es el tradicional desfile, presidido por los reyes, que tiene lugar en el Paseo de la Castellana, entre la Plaza de Cuzco y Raimundo Fernández Villaverde. Por una parte, marchan unidades motorizadas y a pie de las Fuerzas Armadas; y por otra, hay un espectáculo aéreo a cargo de la Patrulla Águila. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha sido abucheado por algunos de los asistentes justo antes de que sonara el himno nacional. También se han escuchado gritos de «Gobierno dimisión». Sánchez, ha llegado unos segundos más tarde que los reyes a la Plaza de Lima, en contra de lo que marca el protocolo, y ha sido objeto de abucheos, insultos y gritos de dimisión por parte de los asistentes al desfile del Día Nacional. El coche de los reyes ha llegado minutos después de las 11:00 horas a la zona donde está instalada la tribuna y unos segundos después lo ha hecho el vehículo de Sánchez, un intervalo de tiempo durante el cual se ha podido escuchar claramente como alguien del personal de Casa Real decía «No abráis la puerta que el presidente no está». Los cientos de personas apostadas en los laterales del Paseo de la Castellana desde primeras horas de la mañana, portando banderas y banderines de España, han saludado la llegada de don Felipe y doña Letizia con vítores y aplausos. No ha sido así con Sánchez, quien a pesar de retrasarse para hacer coincidir su llegada con la de los monarcas, ha sido objeto, como viene siendo habitual, de pitadas, abucheos e insultos, así como gritos de «dimisión» por parte de los asistentes al desfile, que principalmente procedían de los balcones de los edificios que rodean la Plaza de Lima. También la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha recibido pitos mientras bajaba a pie desde el Ministerio hasta la zona donde están instaladas las tribunas. El desfile este año vuelve a niveles de participación similares a los años anteriores a la pandemia con más de 4.000 militares marchando por el Paseo de la Castellana, además de 150 vehículos y 86 aeronaves. Además de Felipe y Letizia, al evento acuden los líderes de las principales instituciones estatales. Entre las ausencias más destacadas —aunque no sorpresivas, a juzgar por los precedentes— están las de los presidentes de Cataluña y Euskadi. Pere Aragonés e Iñigo Urkullu son los únicos mandatarios autonómicos que no han viajado a Madrid. La princesa Leonor, que se encuentra estudiando en Gales, volverá a ausentarse este año. Tampoco estará Carlos Lesmes, que este lunes renunció a continuar como presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ante la imposibilidad de desbloquear su renovación. Las tensiones entre el Gobierno y el PP por las negociaciones para encontrar «una solución rápida» al bloqueo del Poder Judicial y la remodelación del Govern con la mano tendida del PSC marcarán la lectura política del 12 de octubre. Como cada año, cabe esperar que los asistentes a la fiesta reciban con vítores y aplausos a algunas de las figuras políticas que se personarán en la tribuna de la capital; y que, por el contrario, piten a otras. También es posible que el acto militar deje alguna imagen rocambolesca, como aquella vez en la que el paracaidista que portaba la bandera sufrió un aparatoso accidente con una farola o cuando uno de los aviones de la Patrulla Águila dibujó sobre el cielo una línea de color morado en lugar del rojo que corresponde a los colores de la bandera actual. La Casa del Rey ha enviado cerca de 2.500 invitaciones a la recepción que se celebra este miércoles en el Palacio Real por la fiesta del 12 de octubre y que tendrá lugar después del desfile en el Paseo de la Castellana. Según explicaron explicaron fuentes de Zarzuela, el criterio de las invitaciones ha sido convocar «a la más alta representación institucional y la más amplia representación de los diferentes sectores de la sociedad española». Se han tenido en cuenta también dos factores: llamar a los colectivos con los que los Reyes han mantenido contacto durante la pandemia (fundamentalmente sanitarios y de atención social) y a las entidades y lugares en los que tuvieron actos en el último año. La parada militar recupera esplendor tras las restricciones motivadas por la crisis sanitaria provocada por el coronavirus. En 2020, el desfile tuvo que ser suprimido y se realizó un pequeño acto militar en el patio del Palacio Real, mientras que en 2021 sí hubo desfile pero los militares participantes no llegaron a los 2.700. En 2022, participarán más de 4.000 militares, 150 vehículos y 84 aeronaves. El desfile tiene lugar poco después de que el Gobierno haya aprobado el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el próximo año, que incluido un importante incremento de la inversión militar, de un 25,8%. El mayor aumento está destinado a los programas de armamento para seguir sufragando los ya comprometidos, así como renovar los que se van quedando obsoletos. Aunque el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se quejó de la posibilidad de que el Gobierno «castigara» a la capital privándola del desfile y trasladándolo a otra ciudad, la ministra de Defensa, Margarita Robles, salió al paso para desmentirlo: «El 12 de octubre se va a hacer en Madrid como cada año, en el Paseo de la Castellana» El desfile que sí recorre distintas ciudades españolas es el del Día de las Fuerzas Armadas, que se celebra a finales de mayo, en el sábado más próximo a la festividad de San Fernando, y que en su última edición tuvo lugar en Huesca. Este también se limitó a Madrid durante cuatro años, con un formato ostensiblemente reducido, en el periodo de la última crisis económica; pero volvió a salir en el año 2017, primero a Guadalajara, y en sus siguientes ediciones a Logroño y Sevilla.