"Se están llevando unos premios acojonantes": siete vinos de Castilla-La Mancha que confirman el 'viaje' del granel a la élite
El problema sigue siendo que España vende mucho, pero muy barato
Ciudad Real
Los vinos de Castilla-La Mancha no han gozado, históricamente, de tanto prestigio como los de Rioja o Burdeos, por ejemplo. Pero si España lidera el ránking mundial de superficie de viñedo (944.000 hectáreas) y de volumen de exportación (2.640 millones de litros), en buena medida es gracias a la cosecha de uva airén (blanca) y cencibel/tempranillo (tinta) de las provincias de Toledo, Cuenca, Ciudad Real, Guadalajara y Albacete: Castilla-La Mancha produce el 10% de vino del mundo.
Más información
El problema es que —salvo excepciones— España vende mucho, pero muy barato (el granel, de media, a 46 céntimos por litro), sobre todo en comparación con países como Francia o Italia. Ni la mitad del vino que exporta España es vino embotellado, de hecho.
Pero la tendencia está empezando a cambiar. El presidente de Fenavin, José Manuel Caballero, aseguró en la inauguración de la feria, el pasado martes, que en poco más de 20 años la provincia de Ciudad Real ha multiplicado por cuatro —de 99 millones a casi 400— sus ventas de vino. Una transformación que no solo están notando los responsables de las ventas. Para apreciarlo basta con darse una vuelta por los bares y restaurantes de la zona.
Precio y autoestima
La botella de Dehesa del Carrizal Cabernet Sauvignon cuesta 22 euros en La Pajarería, una de las vinotecas más interesantes de Ciudad Real. Y la copa, 5,30. Precios similares a los de la Neotaberna Pura Cepa o el restaurante Miami Gastro, lo cual denota un cambio a muchos niveles: calidad, puesta en valor... ¡y autoestima!
"Cuando llegué no conocía mucho la zona y, de hecho, había comprado vino a granel de Castilla-La Mancha para bodegas francesas, pero ahora sé que España ha mejorado mucho en los últimos 10-15 años y la imagen internacional de sus vinos españoles es muy positiva, sobre todo por la relación calidad-precio", explica Pierre-Yves Dessevre, de Dehesa del Carrizal, una bodega situada en Retuerta del Bullaque (Ciudad Real) y reconocida como vino de pago.
Dessevre, que lleva 10 años al frente de Dehesa del Carrizal, presume de contar con el que para muchos consideran como el mejor Cabernet Sauvignon" de España. "Ahora mismo hay muchos nuevos proyectos que buscan la peculiaridad y apuestan por las variedades autóctonas", explica. "Es una tendencia que va a subir todavía más porque la demanda de vinos de autor no deja de crecer y el mercado siempre busca cosas diferentes. Sigue habiendo un gran mercado de granel, pero he probado algunos vinos de este estilo y la verdad es que están muy buenos".
A la sumiller catalana Meritxell Falgueras, una de las invitadas del programa especial de La Ventana celebrado en Fenavin, también le gusta mucho el Dominio de Valdepusa Syrah, un vino que ronda los 30 euros y que destaca por ser una buena muestra del "dominio de las técnicas francesas en suelo español" y por "la elegancia del Marqués de Griñón, que tanto ha hecho por el vino".
Es curioso porque, igual que los franceses Antoine Griezmann o Karim Benzema son las estrellas del Atlético y del Real Madrid, respectivamente, variedades como la syrah, la cabernet sauvignon o la petit verdot lo son también en muchas bodegas castellano-manchegas.
Esta última, de hecho, es la protagonista de uno de los vinos preferidos del cocinero Fran Martínez, finalista de MasterChef en 2021 y responsable del restaurante Cinco Sentidos (Cuenca): "A Carril Cruzado (Iniesta) les he comprado toda la cosecha de su tinto, que tiene 91 puntos en la Guía Peñín, y no voy a tardar en meter en la carta al de Bodegas Pedroheras (Las Pedroñeras) porque en las ferias se están llevando unos premios acojonantes".
Fernando Moreno, gerente de la bodega Carril Cruzado, presume de haber convertido una bodega que estaba casi en ruinas en una instalación totalmente modernizada que, además, está rodeada de viñedo ecológico. Pero presume, sobre todo, de su Petit Verdot (20 euros), criado durante 12 meses en barrica, y del que apenas producen 4.000 botellas al año: "Es una variedad que en Francia se suele usar para potenciar las características de otras uvas".
El caso de Carril Cruzado, de hecho, es un buen ejemplo del proceso que están viviendo los vinos de Castilla-La Mancha porque, a pesar de contar con un vino bien situado en el mercado, el 80% de su producción sigue estando destinada al granel. "Tenemos variedades francesas y en Francia gustan mucho sus variedades en nuestro suelo. Pero aquí se está apostando cada vez más por los vinos de calidad. Desde que se creó la Denominación de Origen Manchuela, tanto las cooperativas como las bodegas privadas empezaron a apostar más por la marca y algunos empiezan a estar bastante consolidados".
En su caso, de todas formas, producen un vino a granel un tanto especial, elaborado "a la carta" para un cliente de Montpellier. "La rentabilidad no es la misma que si lo vendemos embotellado, pero nos los pagan mejor que el granel normal", explica. "El problema es que dependemos mucho de cómo vaya la cosecha de Francia o Italia, que son los países que tienen una mejor red comercial. Cuando les hace falta vino, notamos mayor demanda".
Buena parte del prestigio de los vinos franceses e italianos, de todas formas, se debe al éxito internacional de su cocina, y por eso es también es importante el buen momento de la gastronomía de la región, con restaurantes tan premiados como Iván Cerdeño-Cigarral del Ángel, Maralba, Casas Colgadas, Ababol, Oba, El Bohío, Coto de Quevedo, Molino de Alcuneza o Azafrán.
Teresa Gutiérrez, chef del restaurante Azafrán (Villarobledo, Albacete), asegura que "los vinos manchegos han mejorado mucho" porque "los grandes elaboradores han tenido que adaptarse a los nuevos consumidores", con elaboraciones "más refinadas", y porque "los pequeños se han convertido en representantes de la vanguardia y de una mayor calidad", apostando por la tradición, por las variedades autóctonas y por la recuperación de instrumentos como las tinajas de barro.
Al pedirle que mencione algunas referencias destacadas, de hecho, se queda con tres: Candelecho de César Velasco ("un vino naranja hecho con uva gewürztraminer y con crianza de cerca de un año en tinaja de barro centenaria"), Rafael Casildo Petit Verdot ("con 24 meses de crianza en roble francés) y Crujidera Llámalo X ("hecho con una antigua viña de esta uva autóctona casi extinguida, usando tinajas de barro de Villarrobledo").
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...