Ferran Adrià: "No me gusta que la extrema derecha suba puntos"

Madrid

Más de 12 años después de que Ferran Adrià cerrara elBulli, su legado sigue muy presente en la gastronomía de todo el mundo. No en vano, el restaurante de Cala Montjoi fue reconocido cinco veces como el mejor del planeta. Pero, más allá de los premios, reconocimientos y portadas, lo cierto es que las revolucionarias ideas del chef de L'Hospitalet se siguen estudiando y aplicando en las mejores cocinas y universidades.

Su trabajo, de todas formas, no solo ha sido uno de los más inspiradores de las últimas décadas. También se ha documentado y analizado como ningún otro: libros, artículos, documentales, exposiciones... Este verano, de hecho, se ha estrenado una película (Esperando a Dalí) ambientada en el restaurante de Roses. Claro que la noticia más esperada ha sido, sin duda, la inauguración de elBulli1846, "un museo para reflexionar sobre el conocimiento, la innovación y la historia" del gran templo gastronómico de la Costa Brava.

Con un aforo máximo de 600 personas al día, elBulli1846 cuenta con 69 instalaciones artísticas, conceptuales y audiovisuales (13 exteriores y 56 interiores) que sirven para entender el origen de técnicas culinarias como el humo, la espuma o la esferificación, y también para comprender el impacto mediático y cultural de los 1846 platos que, a lo largo de casi 20 años, cambiaron para siempre la cocina mundial.

"¡Ya vemos el calor que está haciendo!"

Ferran Adrià cerró elBulli en julio de 2011, pero en todo este tiempo no ha dejado de trabajar —con los proyectos de elBulliFoundation— ni de compartir sus ideas con todo aquel que quisiera escucharlas. En una entrevista concedida al programa Gastro SER (que se emitirá de forma íntegra a finales del mes agosto), de hecho, aborda cuestiones como su trabajo al frente de elBulli, el futuro del nuevo museo, el relevo generacional en la cocina española o la influencia de las redes sociales.

Pero también ha accedido a comentar algunos temas de la actualidad política y social. Al preguntarle qué le preocupa del mundo en el que vivimos, más allá del sector de la gastronomía, por ejemplo, Adrià muestra su faceta más terrenal: "Más o menos lo mismo que a cualquier persona que sea buena persona. Me preocupa, sobre todo, la desigualdad, que es el germen de muchas otras consecuencias. A todos nos gustaría en España todo el mundo ganara un muy buen sueldo con el que tuviera las cosas básicas solucionadas y también pudiera darse algún capricho".

El chef español también menciona la cuestión del calentamiento global: "Como ciudadano me preocupa el tema de la sostenibilidad y del cambio climático, que es muy complejo. ¡Pero ya vemos el calor que está haciendo!".

"Una mezcla fantástica"

Oriundo del barrio de Santa Eulàlia, en L'Hospitalet de Llobregat, Ferran Adrià reconoce que desde que murieron sus padres ya no frecuenta esa zona —"me doy algún paseo cuando tengo morriña"—, pero sí celebra que, aunque "ha cambiado mucho", sigue siendo un lugar en el que viven muchos inmigrantes. "Una mezcla fantástica de muchos lugares de España", asegura.

El chef tampoco evita pronunciarse sobre temas políticos. Señala que, aunque a veces se le quitan las ganas, si hay elecciones siempre vota porque "si no, no te puedes quejar". Adrià, de todas formas, reivindica que "estamos en un país moderno y en el que se vive bien", y se muestra "comprensivo con lo que es gobernar" porque "el sistema es el que es".

"Cuando hablo con gente que sabe, me dicen que el 80-85% del presupuesto no lo puedes cambiar. Solo puedes actuar sobre el 15%", dice el chef. "Así que, a cualquier persona que salga, por muy extremista que sea, le va a ser muy difícil cambiar las cosas. El sistema es el que es".

El ruido y la confusión

"Hay cosas que están mal, seguro. Y no me gusta que la extrema derecha suba puntos. Creo que cualquier persona puede entenderlo", señala. "Pero a veces hay mucho ruido y eso nos descoloca. Nunca se había hablado tanto de política. Recuerdo que cuando yo era adolescente no se hablaba de política. Ahora no se para de hablar, hablar, hablar... Cada día se tiene que decir cosas y esto a veces nos confunde".

Al preguntarle por lo poco que se habla de que España sea uno de los países de la Unión Europea con mayor índice de sobrepeso y obesidad entre los niños, el chef sostiene que "es un problema de educación y comprensión", y recuerda que, después del libro que publicó junto al cardiólogo Valentí Fuster, aprendió que "hay que comer poco y muy variado" porque, frente a las "dietas extrañas", es lo que funciona.