"No les damos el respeto que se merecen": el alegato del cocinero José Andrés a favor de los mayores (y el sueño de su jubilación)

El cocinero José Andrés lleva una vida frenética: gestiona 40 restaurantes en EEUU, graba programas de televisión, acude a congresos gastronómicos por todo el mundo, presenta su propio podcast (Longer Tables), se reúne con políticos —como Joe Biden, por ejemplo— y lidera una ONG (World Central Kitchen) presente en catástrofes y zonas de conflicto. Es por eso que, después de hablar de todos esos temas en la última entrevista concedida a Gastro SER, también le preguntamos por su futuro como jubilado: ¿en un prado asturiano con vacas, viendo obras en Barcelona, paseando por los parques de Washington? «Hombre, antes de eso me gustaría ganarme un puesto en la nueva estación espacial, cuando se inaugure con Axiom Space, con la que he colaborado mandando paella valenciana y jamón ibérico al espacio, aunque no tuve tanto éxito porque nos dimos cuenta de que al abrir una paella perfectamente cocinada, seca y con el grano suelto, los granos empiezan a separarse y los astronautas tienen que ir cogiendo uno a uno», detalla el chef. «¿Lo podré cumplir? No sé. Pero yo soy soñador». José Andrés reconoce que también quería «bajar a las profundidades del mar» y, aunque «parecía imposible», logró descender 400-500 con un submarino. «Pero antes de pensar dónde estaré con 80 o 90 años, lo que sí sé es que me gustaría estar en muchas partes del mundo», añade. «Me gustaría formar parte de lo que ha sido mi vida. Y sí, en algún prado de Asturias, haciendo queso, por qué no. Pero también en algún lugar de Cataluña, cantando el meu avi va anar a Cuba: una buena habaneras, un cremat y unas gambas de Palamós o una buena zarzuela. O en Sanlúcar de Barrameda, en el sur, con un buen fino o una buena manzanilla, y unos buenos langostinos y un buen pescado frito». Pero el cocinero español no visualiza solo escenas hedonistas: «También me veo en alguna otra parte del mundo donde, con mi presencia, en Haití o donde sea, pueda ayudar, bien abriendo una escuela de cocina, una panadería... o ayudando a una familia para abrir su propio negocio. Me gustaría formar parte de muchos sitios a la vez. En la diversidad está lo más bonito de la vida». De su reflexión se desprende, por lo tanto, que lo quiere realmente es no llegar a jubilarse nunca. «Es que yo creo que la jubilación ha de servir para darle la oportunidad a quien ha trabajado mucho de que pueda disfrutar de los años que le quedan de vida, pero también habría que cambiar el sistema para que aquel que no quiera jubilarse, no se jubile», sostiene. «¿Quién tiene más experiencia? ¡Las personas mayores!», señala. «Tendríamos que tener sistemas para conseguir que las personas que quieran puedan seguir colaborando porque muchos de ellos quieren y, a veces no pueden. No les damos el respeto que se merecen». El cocinero español asegura que «cuando sea mayor» espera estar tan activo como su cabeza y su cuerpo le permitan: «¡Que la jubilación no sea el final, sino el principio! Me gustaría tener una sociedad en la que a los ancianos se les dé mucho más valor y respeto. Sí se lo damos a nivel individual y familiar, pero no a nivel social. No se les da el apoyo o el respeto que merecen». «La experiencia y la sabiduría tienen que valer un grado y tienen que servir para algo», dice. «Hay que conseguir que nuestros ancianos tengan mucha más voz y presencia en nuestra democracia, en nuestras instituciones y en la sociedad. Porque no nos damos cuenta, pero ahí están, cuidando de los nietos o apoyando a familias más jóvenes. No hay que olvidar, además, que tarde o temprano todos acabaremos siendo ellos».

"No les damos el respeto que se merecen": el alegato del cocinero José Andrés a favor de los mayores (y el sueño de su jubilación)

Al preguntarle dónde se ve cuando deje la cocina profesional, el chef responde con una reflexión acerca del papel de los mayores en la sociedad y no habla de parques, ni de prados, ni de obras, sino de un lugar bastante más inaccesible

Carlos G. Cano

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