Marc y Martí Roca: la nueva generación ya cocina en el Celler

Madrid

Los delegados de 50 Best ya no pueden votar por El Celler de Can Roca porque el restaurante más famoso de Girona se ha pasado el juego de la alta cocina y reside desde hace años en un olimpo reservado a los que ya han sido número 1. En su caso, dos veces: 2013 y 2015, intercambiando posiciones con el resto de colosos: Noma, Osteria Francescana, Eleven Madison Park... Para muchos gastrónomos, de todas formas, el templo de los hermanos Roca sigue siendo el mejor restaurante del mundo. De lo que no hay duda es que, en cualquier caso, también son muchas cosas más.

A pocos metros del Celler, Can Roca ("el restaurante de los padres", Montse y Josep) sigue ofreciendo desayunos y menús del día. Pero la familia ha ido creciendo: el Hotel Casa Cacao, las heladerías Rocambolesc, el restaurante Normal, los eventos de Mas Marroch, la destilería de Sant Julià de Ramis... Más allá de los mediáticos hermanos Joan (el chef), Josep (el sumiller) y Jordi Roca (el repostero), los negocios paralelos del Celler se han ido desarrollando gracias a la implicación de sus respectivas parejas: Anna Payet, Encarna Tirado y Alejandra Rivas.

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Pero El Celler de Can Roca abrió sus puertas hace 38 años y ya está aquí la nueva generación: "Marc (27) es mi hijo y Martí (24) es el hijo de Pitu (Josep)", explica el chef Joan Roca en una entrevista concedida al programa Tot És Comèdia, de SER Catalunya. "Quizá les hemos dado más visibilidad de la que ellos querrían, pero lo cierto es que, desde enero, los dos trabajan ya como jefes de partida".

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Su presencia en el restaurante puede parecer algo previsible, pero lo cierto es que Marc Roca ha estudiado Políticas y su primo Martí, Económicas, así que no estaba tan claro que al final quisieran dedicarse a la cocina. En una entrevista concedida a Expansión, ambos detallaban cómo es querer ser cocinero cuando has nacido en una familia como la suya. "¿Sabes Hogwarts y Harry Potter?", decía Marc. "Lo mismo en mi escuela".

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Joan Roca asegura que no tiene pensado jubilarse y que se ve en una cocina "hasta el último día", pero no niega que el futuro del restaurante haya sido un motivo de preocupación: "Un restaurante como El Celler exige mucha dedicación y tenemos colegas que han decidido parar, así que hace unos años nos reunimos los tres hermanos y nos preguntamos si queríamos jubilarnos o bajar el ritmo... Los tres dijimos que no. Que, como mínimo, seguíamos 10 años más. Y nos comprometimos sin saber si nuestros hijos querrían seguir... En ese momento, de hecho, estábamos dispuestos acabar cerrando el Celler. Pero ahora que están aquí, yo creo que el Celler tiene vida para mucho tiempo".

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"Muy majos y buena gente"

Al chef catalán le ha encantado este giro de guion y, de hecho, no puede disimular su orgullo: "Los dos han pasado por otros sitios y están muy preparados. Pero es que, además, los dos son muy majos y buena gente. ¡Da gusto ver la ilusión que ponen!".

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Mientras llega el relevo, de todas formas, la vida sigue en Can Roca y lo hace, como siempre, a ritmo frenético: dentro de pocas semanas inaugurarán un nuevo proyecto en una antigua fortaleza militar del siglo XIX —en Sant Julià de Ramis, junto a la destilería— que albergará un nuevo restaurante en el que se podrán probar los grandes éxitos con los que El Celler empezó a cautivar a críticos, clientes e inspectores de Michelin: carpaccio de manitas de cerdo, timbal de manzana y foie con vainilla, parmentier de bogavante con trompetas de la muerte...

El nuevo complejo también servirá para ampliar su centro de innovación con una biblioteca y para inaugurar un nuevo hotel boutique de 16 habitaciones. Proyectos que garantizan la progresión de su equipo y que, además, conscientes de que no todo el mundo puede pagar el menú degustación de El Celler de Can Roca, les ayuda a seguir en contacto con todos los públicos.