El plato gallego que el cocinero Elías Dosunmu (15 millones de seguidores) se llevaría a una misión en Marte

Madrid

Los últimos años de Elías Dosunmu están siendo una auténtica locura. En su primera visita a Gastro SER, en 2022, contaba con poco más de 3 millones de seguidores en TikTok. Ahora, dos años después, ya son más de 9... y si a eso le sumamos YouTube e Instagram, supera los 15. "¡No me lo creo! Soy el perfil gastronómico más seguido de España", explica orgulloso. "Pero mi objetivo ya no es seguir ganando seguidores, sino aportar más valor con mejores contenidos", explica en la radio.

Con su habitual ropa ancha y gorra de rapero, Elías Dosunmu no se ha hecho famoso gracias a su trabajo en un restaurante con estrella Michelin (aunque abrirá el suyo dentro de poco), sino a los vídeos de poco más de un minuto en los que cocina lo que le pide el último de sus seguidores o en los que transforma un menú de comida rápida en un plato de alta cocina. También enseña a su público a preparar platos icónicos de distintas zonas de España y explica —paso a paso— cómo hacer en casa algunas preparaciones básicas: kétchup, mahonesa, salsa barbacoa...

En su primer libro, Vamos a hacerlo mejor (Oberon, 2024) hay un poco de todo eso, pero también muchas hamburguesas y una receta tan clásica como una sopa de cebolla francesa. "Hay padres que le regalan el libro a sus hijos para que no pasen tanto tiempo en redes sociales", explica. "En la presentación, de hecho, la primera pregunta la hizo un niño de 8 años que quería hacer salsa teriyaki".

Originario de un pueblo cercano a Járkiv, Elías Dosunmu llegó a España siendo un adolescente y dice sentirse muy de Torrejón de Ardoz (Madrid), pero en su recetario también hay algún que otro plato ucraniano, como los rollitos de col con carne. Hace poco, de hecho, publicó un vídeo junto a su compatriota Andriy Lunin, el portero titular del Real Madrid, cocinando borsch, la sopa más famosa del país.

"Mi abuela sigue en Ucrania"

"A veces la gente me pregunta si la guerra de Ucrania ya se ha acabado... y no, ni se ha acabado ni ha cambiado nada", señala. "La mayoría de la gente de mi pueblo ya se ha ido y todo apunta a que tendremos que negociar con Rusia. Pero ya han muerto más de 200.000 personas y yo ni siquiera puedo ir porque, si voy, ya no podré salir. Me duele porque mi abuela está ahí. Hemos intentado traerla, pero no quiere. Un día me dijo: 'Mira, si tengo que morir, quiero morir aquí".

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Aunque en la portada del libro aparece con un brócoli, al preguntarle por la escasez de verduras y legumbres en sus vídeos, bromea con que su plato vegetal preferido son las patatas fritas y alega que muchos de sus seguidores hasta le quitan la lechuga a la hamburguesa. Pero al poco reconoce que le encanta el pepino y sostiene que en España está infravalorado: "En Ucrania se come mucho con tomate y cebolla. ¡Una ensalada muy rica y muy saludable! A veces le echo pepino incluso al hummus".

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Tiene otras debilidades, claro. El mango, la guayaba y la tortilla de patatas con queso de rulo de cabra y cebolla caramelizada, por ejemplo. "Sé que Dabiz Muñoz y Dani García dicen que no lleva cebolla, pero tengo amigos que son muy fans de su comida y dicen que de tortilla no tienen ni idea. Si a alguien se le ocurrió poner cebolla, ¡por algo será!".

Matemáticas y vídeos de TikTok

Al preguntarle por algún restaurante que valga la pena, rememora el brunch del lujoso Hotel Santo Mauro: "Vale 80 euros y cicen que es el desayuno más caro Madrid, pero te ponen cócteles, zumo de naranja, cuatro platos de alta cocina, caviar... El sitio parece un castillo francés y está lleno de elementos de lujo, así que, en mi opinión, te están cobrando menos de lo que cuesta".

Más allá de sus orígenes, de todas formas, la historia de Elías Dosunmu es bastante curiosa porque durante la pandemia le echaron —de mala manera— de la conocida cadena de restaurantes en la que trabajaba como cocinero. Fue entonces cuando empezó a subir vídeos de recetas a TikTok... sin plantearse, claro está, que acabaría dedicándose profesionalmente a ello.

Cuando la tortilla está tan buena que la cebolla es lo de menos

En ese momento, de hecho, todo apuntaba a que iba a acabar trabajando como ingeniero aeroespacial. "Ahora me siento más feliz y más realizado porque hago lo que yo he elegido y me gusta de verdad. con 18 años no sabes qué quieres hacer con tu vida. A mí siempre me habían molado la física y las matemáticas, pero no creo que vuelva a eso".

De todas formas, como la vida da muchas vueltas, ¿qué le gustaría llevarse de comer a Marte, si acabara siendo astronauta en la Agencia Espacial Europea? "Chuletones de vaca rubia gallega madurada con patatas fritas y pimientos de Padrón", responde tajante.

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