La confusión sigue rodeando la tragedia de la escuela rusa de Beslán
Los servicios de seguridad han capturado a uno de los presuntos terroristas
Rusia vive hoy la primera de las dos jornadas de luto que decretó el presidente ruso, Vladimir Putin, por la tragedia del colegio de Beslán, en Osetia del Norte. Desde esta medianoche las banderas ondean a media asta en señal de duelo por las, al menos, 335 personas que perdieron la vida en el secuestro de esta escuela. La televisión rusa difundió hoy imágenes del único miembro del comando responsable del secuestro en Osetia del Norte capturado vivo
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La primera cadena de televisión rusa mostró a un hombre de rasgos cuacásicos, asustado, con las manos esposadas y flanqueado por dos hombres de uniforme y con pasamontañas. Su mentón y sus mejillas presentaban una tonalidad más blanca que el resto de la cara, lo que prueba, según la televisión, que afeitó su barba justo antes de la operación militar para poder huir más fácilmente del escenario del secuestro en caso de necesidad.
El joven aseguró que no había disparado a los niños cuando unos militares le preguntaron. "¿Disparaste a los rehenes?", preguntaron. "Por Alá, no he matado. Por Alá, no he disparado", repitió el hombre.
A la pregunta de si no había sentido pena por los niños rehenes, respondió afirmativamente, con un fuerte acento cuacásico. "Sí, sentí pena, yo también tengo niños. Ellos (los jefes del comando) decían: 'si los rehenes comienzan a huir, disparadles', pero luego dijeron que disparáramos al aire", aseguró. "`Lo juro, no quería morir!`Por Alá, no quiero morir!", insistió.
Según los investigadores, el hombre capturado coopera considerablemente, ya ha aportado todos los nombres de guerra y secretos de sus cómplices y ha contado con detalles la preparación del secuestro, el peor de la historia mundial.
Las autoridades rusas ofrecen información con cuentagotas y no aclaran la confusión que rodea a la masacre. Según las autoridades locales, 428 personas continúan todavía hospitalizadas y hay 260 desaparecidas. No obstante, según otras informaciones no confirmadas, en la morgue de Vladikavkaz, la capital de Osetia del norte, hay 394 cadáveres de rehenes y circula una lista de más de 200 desaparecidos. Si las peores cifras se confirman, podrían ser hasta 600 los muertos, muchos de ellos niños.
También hay confusión en torno al número de terroristas que perpetraron el secuestro de la escuela. Las autoridades rusas corrigieron ayer las informaciones que habían facilitado. El sábado dijeron que había 26 terroristas y que todos habían sido eliminados. Sin embargo, ayer se dijo que los secuestradores eran 32 y que hay dos que todavía no han sido localizados.
LAS ARMAS Y LOS EXPLOSIVOS
Otro de los enigmas que se intenta resolver es cómo los terroristas lograron introducir tal cantidad de explosivos en el colegio. Algunos rehenes han denunciado que los secuestradores tenían el material dentro, escondido bajo el suelo, cuando tomaron la escuela. Los servicios de seguridad sospechan que lo introdujeron durante la realización de unas obras recientes en el edificio.
El ministro del Interior de Osetia del Norte presentó ayer su dimisión por razones morales, pero el presidente de la república caucásica le pidió que siga en el cargo, al menos, momentáneamente. Ayer fue día de funerales en Beslán, donde el enorme número de fallecidos ha obligado a las autoridades de la localidad (de 35.000 habitantes) a habilitar un descampado como nuevo cementerio.
Durante todo el fin de semana muchos osetios visitaron el colegio, que fue abierto al público, como homenaje a los que allí murieron . Dejaron flores y botellas de agua en el gimnasio, donde fueron recluidos muchos de los más de mil rehenes. Caminaron por entre los restos de la tragedia, zapatos tirados por el suelo, ropa interior, libros y cuadernos En las aulas había numerosos impactos de bala y restos de sangre e incluso en algunas zonas había restos humanos.