Sarkozy extrema su mensaje neoliberal en su visita a Madrid
El candidato de la derecha a la Presidencia de Francia dice que el problema de su país es que "trabaja menos, cuando en Europa se trabaja más"
Madrid
Un frío y pequeño auditorio, donde se apiñaban unas 1.000 personas, acogió calurosamente esta tarde el mensaje neoliberal y patriótico de Nicolas Sarkozy, ministro del Interior de Francia y candidato de la derecha a la Presidencia de su país en las elecciones del próximo abril. Al mitin acudieron, entre otros, el presidente del PP, Mariano Rajoy, Ana Botella, concejal del ayuntamiento de Madrid y esposa del ex presidente José María Aznar.
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En la primera visita de un candidato en campaña a Madrid, Sarkozy se autoproclamó el candidato del trabajo y criticó con dureza el modelo social de protección que "lastra" Francia. Defendió la mano dura en la escuela, la disciplina en las calles, la necesidad de sentirse orgullo de la patria y sobre todo ensalzó "la cultura del esfuerzo".
"La crisis moral de Francia es la crisis del trabajo", exclamó Sarkozy. El público estalló en aplausos ante la cara más cruda del candidato de la UMP, que fue acompañado en la primera fila del patio de butacas por el presidente del PP, Mariano Rajoy y otros dirigentes de este partido.
Con las encuestas ajustadísimas, que pronostican un empate técnico con la candidata socialista, Ségolène Royal, en las elecciones presidenciales del 22 de abril, Sarkozy se presentó en el Palacio de Congresos de Madrid para luchar hasta el último voto de los casi 40.000 franceses residentes en España y con derecho a voto. Empezó fuerte: "Francia necesita de vuestro dinamismo para salir de su crisis de valores". "No desprecies a Francia porque quien detesta a la patria se detesta a sí mismo", añadió señalando con el dedo al público.
Sarkozy, en un discurso claro, directo y contundente, fue explicando una por una, como si lanzara dardos en cada tema que trataba, las causas de una crisis que se remonta a "ese movimiento de pensamiento único, el de mayo del 68, que ha perjudicado a nuestra infancia y a nuestra juventud".
En sus últimas intervenciones, Sarkozy había moderado sus posiciones, pero ante el público español, no tuvo reparos en achacar los males de Francia al excesivo igualitarismo y al fuerte papel asistencial del Estado. "El igualitarismo es lo contrario de la responsabilidad. Ni se premia ni se castiga al que lo merece. La asistencia estatal degrada al individuo porque no le permite luchar por sí mismo".
Todo fueron críticas a la intervención del Estado, todo fueron elogios al espíritu emprendedor del individuo. Sarkozy incluso llegó a citar a su rival para proclamarse "el candidato del trabajo". "Royal y Jospin -primer ministro socialista impulsor de la medida- no valoran el trabajo porque implantaron las 35 horas de trabajo semanal", dijo. "Yo propongo la cultura del esfuerzo. El problema de Francia es que trabaja menos, cuando Europa trabaja más. Tenemos que trabajar más para evitar las deslocalizaciones, para estar orgullosos de Francia".
"El futuro se juega en el Mediterráneo"
Sarkozy también habló de la escuela. "Necesitamos ciudadanos que no sólo exijan derechos, sino que asuman deberes. En la escuela, por ejemplo. El profesor no es un colega. Es el señor maestro. La señora maestra". El público juvenil vitoreó al candidato. Verónique, una chica de Lyon que estudia Empresariales en la Universidad San Pablo, le lanzaba besos con la mano. Muchos estudiantes llegaron al acto en autobuses expresamente fletados para el acto.
El ministro del Interior francés acabó alabando "el dinamismo del sur de Europa". "Europa ha estado demasiado centrada en el norte. Debe mirar al Mediterráneo. Allí ganaremos el futuro. Allí ganaremos o perderemos contra el fanatismo. Para todo ello, os necesito más que nunca", añadió antes de poner la guinda: "Francia os necesita. La República os necesita. Vuestra patria os necesita". Sonó La Marsellesa. Sarkozy y su equipo cantaron la letra en el escenario, pero el auditorio enmudeció por primera vez en toda la noche.