Explicaciones contundentes, creíbles y rápidas

Madrid

Esta mañana hablaremos mucho de dos asuntos, las millonarias cuentas suizas del extesorero del PP Luis Bárcenas, obtenidas presuntamente de la trama Gürtel; y el ático en Marbella propiedad de una sociedad instrumental radicada en un paraíso fiscal, que el presidente de la Comunidad de Madrid alquiló durante años y que ahora -poco después de que una juez decidiera investigarlo- Ignacio González anuncia que ha comprado por 770.000 euros. Nada que ver un asunto con el otro, excepto que ambos provocan los mismos efectos: la exigencia de explicaciones contundentes, creíbles y rápidas. Si algo ha traído esta crisis, es el fin de la inocencia.

Vaya por delante, como en muchos otros casos, que el señor Bárcenas conserva intacta la presunción de su inocencia y que el señor González, tras las explicaciones que el miércoles dieron el mismo y por su departamento de comunicación, parece haber realizado una compraventa en el marco de la legalidad. Hablamos, sin embargo, de transparencia, de responder a tiempo a las dudas de la ciudadanía y no sólo cuando no queda más remedio.... y de asumir responsabilidades y explicaciones tuyas y de los tuyos más allá del borrón y cuenta nueva.

No es el caso Bárcenas, es el caso del extesorero del PP. Un asunto que afecta directamente al partido, al partido que en este momento gobierna España y que aún debe dar muchas explicaciones sobre por qué permitió durante años en su seno una trama de corrupción como la Gürtel y se miró hasta al final hacia otro lado ante las primeras evidencias e indicios contra Bárcenas. El movimiento multimillonario en sus cuentas de Suiza se produjo cuando todavía era el tesorero del partido. ¿Cuándo tendremos esa explicación?

No es el caso Bárcenas... Ni es simplemente que Ignacio González se haya comprado un apartamento, como hicieron muchos otros españoles cuando aún era posible. González es el presidente de una comunidad autónoma anunciando por sorpresa su decisión de invertir más de tres cuartos de millón de euros en un ático de lujo rodeado de extrañezas: una sociedad que aparece y desaparece y que radica en un paraíso fiscal; un abogado especializado en el manejo de fortunas que eluden al fisco, una juez empeñada en investigar quién anda detrás de esa empresa y dónde está la verdadera propiedad de ese retiro marbellí.

Llegados a este punto, ya no bastan las explicaciones legales. La opinión pública quiere y exige más. Sobre todo, que nuestros políticos pongan los pies en el suelo y se den cuenta de que lo que quizás antes valía, ahora resulta claramente insuficiente.

Porque está claro que nunca -pero ahora mismo menos que nunca- es admisible pretender -como el miércoles hizo el PP- despachar el asunto Bárcenas diciendo simplemente que ya no es tesorero del partido. Como si no hubiera habido indicios suficientes cuando toda la estructura popular, con su presidente al frente, lo mantenían en el puesto y ponían la mano en el fuego por él. Cuando decían que la trama Gürtell era cosa de cuatro trajes.

Una reacción que demuestra algo realmente inquietante: que se pretenda a estas alturas insultar a la inteligencia tratando a los ciudadanos como tontos.