De La Pedrera al huerto (ecológico)

Col, puerro, patata, manzana, mandarina... Más de 100 supermercados Bonpreu y Esclat de Cataluña distribuyen, desde hace tres semanas, productos de la cooperativa 2.147 mans. Frutas y verduras ecológicas con la capacidad de dejar un buen sabor de boca mucho después de haberlos consumido. ¿El motivo? Que la mayoría de sus 1.074 trabajadores padecen una enfermedad mental, tienen una discapacidad intelectual o están en riesgo de exclusión social. Por eso, aunque en realidad sus manos sumen 2.148, han optado por una cifra impar.

2.147 mans aglutina a 13 productores de Cataluña que llevan años en el sector de la agricultura ecológica y con los que la Fundació Catalunya La Pedrera ya llevaba tiempo colaborando de forma individual: "Algunos nos pedían ayuda para formular su plan de negocio, otros para conseguir un préstamo"... Marta Torras, responsable de Impulso Social de la fundación, explica por teléfono que, ante la falta de viabilidad que vislumbraban por separado, decidieron unirse.

"Para distribuir a través de grandes superficies necesitas grandes volúmenes y, por separado, no llegaban", explica Torras. "Antes de arrancar hicimos un estudio de mercado y vimos que, hasta ese momento, el producto ecológico solo llegaba a los muy convencidos por lo que, siempre y cuando pudiesen encontrarlo en puntos de venta habituales, había margen de crecimiento entre los consumidores preocupados por la salud".

La cooperativa 2.147 ha desarrollado su modelo de negocio en base a esa predicción en las tendencias de consumo. Reciben el pedido, cargan los vehículos en el huerto, envasan sus productos para garantizar la trazabilidad y, en menos de 24 horas, ya pueden adquirirse en el súper a precios no mucho más altos que los de la fruta y la verdura convencional.

"Sanos, próximos y muy buenos. Ese es nuestro eslogan", comenta Torras. "Pero cuando los trabajadores ven sus productos en las estanterías piensan: 'Eso lo he hecho yo'. ¡Y eso también es muy importante! Tenerles trabajando es la mejor terapia y la mejor medicina. Les hace sentir mejor y más integrados en nuestra sociedad".

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Uno de las referencias que más éxito están teniendo es la seta shitake. "Si triplicásemos la producción, venderíamos el triple", dice Torras. "Nos ha sorprendido porque tiene una aceptación altísima".

El lentinus edodes, de origen asiático, es el segundo hongo más consumido en el mundo pero en España, según cuenta Carlos Díaz, gerente de Teb Verd, que a su vez es socio de 2.147 mans, apenas se conocía.

Díaz, que se define como "biólogo payés", soñaba con ser agricultor y, a base de hipotecar su casa varias veces, logró dar con producto rentable: "La shitake es una seta que no se ciñe a la temporada y que gusta tanto por la gastronomía como por sus beneficios para la salud por lo que, poco a poco, el mercado fue aumentado".

Carlos Díaz vio que necesitaba aumentar su producción y, buscando una granja más grande, se encontró "por casualidad" con el Taller Escola Barcelona, un grupo cooperativo formado por 600 personas, en su mayoría con discapacidad intelectual. "Me propusieron colaborar y enseguida vi que dedicarse a la agricultura con este tipo de personal es aún más emocionante", explica.

2.147 mans se ha inspirado en el movimiento europeo Social farming, que busca dotar de compromiso social a la práctica agrícola. Pero el hecho de trabajar según las premisas de la agricultura ecológica, en este caso, tiene más ventajas: "Al prescindir de productos fitosanitarios [abonos químicos] y trabajar al aire libre, los riesgos laborales son menores", explica Torras.

"En el marcado sobra shitake barato pero nosotros hemos elegido otro camino", cuenta Carlos Díez. "El nuestro crece más lentamente porque, en vez de utilizar un sustrato hecho con paja, usamos madera de roble o de castaño, de manera que el sabor es más rico, más fino. Y al vender cerca de donde producimos, el producto es más fresco y el cliente lo nota".

La Fundació Catalunya La Pedrera, que también está integrada en la cooperativa, aporta organización, asesoría comercial y financiación. Cuenta entre su patrimonio con el edificio de Antoni Gaudí, uno de los más visitados de Barcelona, y el dinero que recauda con las entradas lo dedica, en parte, a proyectos sociales como 2.147 mans por lo que muchos de los turistas que visitan Barcelona atraídos por su patrimonio modernista, colaboran, sin saberlo, con la agricultura ecológica y la integración social.

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