Los tres vinos preferidos (calidad/precio) del gurú Robert Parker son españoles

Madrid

Dice el refranero que sobre gustos no hay nada escrito. Pero de la influencia de Robert Parker sí hay bastante (más de 40.000 resultados en Google avalan su fama de gurú). Y el crítico americano vive, justamente, de compartir con los demás cuánto le gusta cada vino.

Por eso es importante que en su artículo sobre lo mejor de 2015 (Robert Parker's Guide to the Best of 2015, disponible solo para suscriptores de The Wine Advocate) se haya decantado por tres vinos españoles para resumir los mejores del año en relación calidad/precio (best value).

Los afortunados son Pruno 2013 (Finca Villacreces, DO Ribera del Duero), Solanera 2013 (Bodegas Castaño, DO Yecla) y Tres Picos Garnacha 2014 (Bodegas Borsao, DO Campo de Borja). Este último, además, ya aparecía en la lista de Parker sobre lo mejor de 2014.

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"Regresamos de las vacaciones de Navidad con el gran notición. ¡Era casi como que nos hubiera tocado la lotería!", explica Carmen Puche, del departamento Comercial de Bodegas Castaño. "Es el reconocimiento a un trabajo de equipo de muchos años", dice Lalo Antón, director general de Artevino y, por extensión, responsable de Finca Villacreces.

Puche explica que Solanera es un vino "amable, suave y sedoso" elaborado con uva monastrell y que habla de las "horas de sol" y de la "tierra de secano". Sacan al mercado unas 40.000 botellas al año (la mayoría para EE UU y Europa) y el precio, como en el caso de Pruno y Tres Picos, ronda los 10 o 12 euros en tiendas y los 20 en restaurantes. ¿Por qué no aprovechar el tirón mediático para subirlo de precio?

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"Si la filosofía de la empresa cambia de la noche a la mañana porque tu vino ha sido bien puntuado, creo que no tiene sentido", responde Puche. Lalo Antón piensa algo parecido: "La tentación siempre está ahí, pero para hacer marca hacen falta muchos años y Pruno ya se ha posicionado en el sector de los vinos con buena relación calidad/precio".

Antón detalla que Pruno es "un vino de trago largo, complejo y a la vez divertido porque tiene la estructura de un buen crianza, pero con el alma de un vino joven". Comercializan alrededor de 420.000 botellas al año y siempre agotan existencias, pero en vez de agrandar sus márgenes prefieren fidelizar a sus clientes y reservarles tanto como compraron.