Muere el fundador de Alfredo's Barbacoa, pionero en la popularización de la hamburguesa de calidad en Madrid

Madrid

La base militar de Torrejón de Ardoz, utilizada por EEUU hasta 1992, ha dejado un importante poso cultural en Madrid y su periferia. En lo musical, con influencias de rock y rap —muy alejadas de lo que sonaba en la España de la Transición—, pero también en lo gastronómico. El máximo exponente de ese legado yanqui en la ciudad, de hecho, probablemente sea Alfredo's Barbacoa, donde llevan casi 40 años sirviendo hamburguesas de calidad. Según han confirmado fuentes de la empresa a la Cadena SER, su fundador, Alfred Gradus, ha muerto este miércoles

Nacido en Nueva York en 1941, Gradus llegó a Torrejón con 22 años. Poco después abandonó el Ejército y acabó instalándose en España para trabajar como civil en la cafetería de la base, por lo que acumuló mucha experiencia con las hamburguesas. En 1981 apostó por dar a conocer la gastronomía popular de su país y, junto a su esposa, Ana María Galindo, abrió Alfredo's Barbacoa. El éxito fue inmediato.

"Era un tipo fascinante, con una historia vital muy divertida y que encima hacía unas hamburguesas buenísimas", recuerda Luis Suárez de Lezo, presidente de la Academia Madrileña de Gastronomía. "Solía ponerse en una de las mesas del fondo y era imposible no fijarse porque iba vestido de americano".

Las hamburguesas de Alfredo's Barbacoa —con sus patatas y su ensalada de col correspondiente— forman parte de la historia emocional de muchos madrileños. Algunos recuerdan que siendo jóvenes se escapaban de clase para comer en el local y otros celebraron allí cumpleaños, citas románticas y reuniones de todo tipo.

"Al principio no tenía casi competencia. Solo las grandes cadenas, como McDonald's. Pero tuvo mucho mérito porque, cuando empezaron a abrir otras hamburgueserías, resistió. De hecho, siempre costaba mucho encontrar una mesa. Se formaban colas larguísimas en la puerta y siempre había lista de espera".

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Tras el original de la calle Lagasca, Alfredo's Barbacoa se expandió por la ciudad con otros dos establecimientos. Todos ellos siguen abiertos y en todos siguen sirviendo sus míticas hamburguesas con salsa barbacoa, pero también mazorcas de maíz, alitas de pollo o, de postre, una amplia selección de repostería americana.