El mejor truco para descongelar y pelar gambas y langostinos sin estropearlos
Lo normal es sacarlo del congelador y ya está, pero puedes hacerlo mejor y disfrutarás de un producto superior
Receta de langostinos cocidos o a la plancha. Receta de gambas al ajillo. Receta de gambones al horno... El orden de los factores no altera el resultado. Todas las cenas de Nochevieja y comidas de Año Nuevo ocurre lo mismo: el rey de la mesa siempre es el marisco, cocinado de múltiples maneras. Pero antes de llegar a los fogones hay que cuidar el más mínimo detalle.
¿De qué te sirve tanto esmero en la cocina si previamente ha fallado en lo elemental? El mayor error que cometemos en la mayoría de nuestras elaboraciones con los alimentos está en el paso previo de descongelado que tenemos que hacer casi siempre. Pasa con la carne y con el pescado, indistintamente, y solemos hacerlo mal. Por eso antes de la cena de fin de año, en la que queremos quedar bien con los otros cinco comensales que, como máximo, degustarán este plato con nosotros, vamos a dejar claro cuál es la mejor forma de descongelar ese marisco para que no pierda ni un ápice de su frescura, textura ni sabor.
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Lo fresco siempre es doblemente bueno, lo sabemos, pero también somos consciente de que el ritmo de vida que llevamos nos obliga a ser previsores y no tenemos tiempo para hacer la compra al instante. ¿Hay que descongelar? No pasa nada. Lo primero es diferenciar claramente si el alimento está crudo o viene ya cocido, en función de eso tomaremos una decisión diferente.
Si el marisco que hemos comprado está crudo el mejor truco es sumergirlo en agua fría. Sería muchísimo mejor vivir en una ciudad con playa y poder hacer esto en agua de mar, pero con la del grifo obtendremos un resultado bastante parecido. Otra opción es ponerlas en un recipiente con agujeros bajo el grifo y dejar que el agua vaya penetrando entre las piezas. Después de un par de minutos, en ese mismo recipiente y con un trapo debajo se ponen a escurrir.
Si el marisco que hemos comprado viene cocido previamente el proceso cambia. Este ni se moja ni se saca directamente de la nevera. A este alimento hay que darle más tiempo, así que no lo dejes para el final porque va a tardar. La forma de que el marisco precocido no pierda ninguna propiedad es pasarlo del congelador a la nevera hasta que se descongele por completo. La única manera de saber cuándo ha concluido el proceso es al tacto.
No se pela igual un langostino crudo que uno cocido. Al principio del proceso todo es igual: retiras la cabeza y luego las patas. Pero a partir de ahí la cosa cambia. Para pelar el cuerpo es mucho más sencillo en la pieza cruda (consejo para los que dejan de hacer ciertos arroces u otras recetas por pereza en este paso), ya que tenemos dos formas rápidas. La primera y más habitual consiste en retirar dos capas o láminas de la cáscara y luego tirar de la cola hacia abajo (te quedas con la pieza limpia en la otra mano, como se aprecia en el siguiente vídeo), mientras que la segunda es algo más sofisticada: tienes que introducir un diente del tenedor en la parte superior, entre la cáscara y el lomo, y arrastrar para que salga de una pieza.