Bruno Hortelano y su renovación para cerrar un oscuro círculo en Tokio
El español más rápido de la historia sueña con culminar a lo grande uno de los ciclos más duros en un deportista desde Río de Janeiro, marcado por su grave accidente vial
La velocidad en las pistas de atletismo de España lleva el nombre y el apellido de Bruno Hortelano. El atleta, plusmarquista nacional de 100 metros lisos, 200m, 400m y también partícipe en el récord del 4x100, desde muy joven se ha convertido en una de las mayores joyas del deporte español. Su talento buscará brillar de nuevo en los Juegos Olímpicos de Tokio, que pretenden servir de colofón a un ciclo que puso en serio peligro la posibilidad de volver a verlo a un nivel óptimo.
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Ahora con 29 años, el velocista trabaja tratando de encontrar su mejor versión en la gran cita. Pese a haber pasado casi una década desde que empezara a reinar en los Campeonatos de España, su techo parece no haberse alcanzado. En el país, sus únicos retos por conseguir solo consisten en batirse a sí mismo unas marcas que ya han hecho historia.
Su irrupción en el panorama internacional se hizo realidad en un 2016 en el que se coronó campeón continental sorprendiendo a toda Europa, incluido a sí mismo. Para los anales de la historia ha quedado su entrevista posterior a esta carrera, en la que se enteró de su medalla de oro tras la descalificación del neerlandés Churandy Martina. Su cara, su conversación y su reacción en forma de espantada de alegría perdurarán en el tiempo.
Tan solo unos meses más tardes tuvo lugar su carta de presentación en unos Juegos. En Río de Janeiro, Hortelano volvió a dejar los mejores registros de un español en las pruebas de máxima velocidad y a punto estuvo de alcanzar el hito de una final en 200 metros. Solamente seis centésimas lo apartaron de hacer una aparición estelar, una espina que sondea ahora una segunda oportunidad.
Bruno, el 'renacido'
El hombre más rápido de España vivía un momento dulce, una progresión imparable, cuando su vuelta de Brasil pudo cambiarlo todo. Pocos días después, el corredor fue el peor parado de un accidente de tráfico del que necesitó una rehabilitación ardua y constante para devolver a su estado normal una mano derecha que tuvo que ser sometida a una importante intervención quirúrgica.
Aquel "trauma", como confesó en El Larguero, se ha presentado como una fuente de motivación que ansía "cerrar una etapa" en suelo japonés. Prueba de su explosividad intacta fue un 2018 en el que su recuperación quedó totalmente fuera de duda. Ese verano, el 'renacido' Hortelano superó al Hortelano anterior al shock. Un tiempo de 20,04 en 200m y otro de 44,69 en 400m instauraron los récords nacionales en ambas disciplinas a día de hoy.
En este lustro, Hortelano ha llevado a cabo un proceso constante de aprendizaje a causa de las inoportunas lesiones musculares que han mermado sus apariciones en pista. Pero lejos de tomarlo como un calvario frustrante, el atleta ha sido capaz de revertirlo mentalmente para extraer el lado positivo de años completos sin competir: "Me vino de maravilla para desconectar completamente, conocer gente nueva fuera del ámbito del deporte, explorar mi vida, pensar, dejar de pensar y volver con más paz interior que antes", reflejó.
Los parones han servido para tener un conocimiento interior más intensivo. Es por ello que su rutina de trabajo ha pegado un cambio drástico en lo relativo a entrenamientos, nutrición y descansos. "Tengo los mismos objetivos, pero mi forma de encararlos ha cambiado", explicaba el propio deportista en el Diario As. En esta misma entrevista, inmerso en los tiempos de desconfinamiento que obligaron a cambiar los plannings, el español avisaba de los resultados que ya notaba en lo relativo a su estado físico: "Me siento más fuerte que nunca".
Un sueño del que mejor no hablar
"Tokio no me ha quitado sueño, pero he soñado despierto con Tokio. Es un tipo de sueño que no es obsesión. Lo tengo tan claro que lo puedo dejar un poco de lado, sé que estoy trabajando hacia ello. Una vez que visualizas la cima donde quieres llegar, no puedes avanzar siempre mirando hacia ella porque te tropiezas en el camino". Esta mentalidad la exponía Bruno Hortelano en su charla con Pedro Fullana en El Larguero, confiando en seguir su camino previsto hacia el éxito sin saltarse ningún paso de su "plan global".
Tantos reveses acumulados han provocado que el velocista asuma con temple cada uno de sus objetivos. El mayor de ellos, sin duda alguna, radica en Japón, una cita para la que referirse es casi un tabú. "Tokio es Tokio. De eso se puede hablar mucho, pero prefiero no hablarlo porque cuanto más hablamos de los sueños, más improbable es que se cumplan", insistió.
La fecha del sueño se aproxima al fin en 2021 y Hortelano ya pone la mira en un billete imprescindible para hacerse un nuevo hueco en la historia. Su reaparición esta temporada ya ha tenido lugar este mes, en lo que se presenta como un último preparativo para alcanzar la deseada mínima olímpica que le reabra las puertas de la Villa.