Paseos por el cementerio y detalles ocultos en un cuadro del Prado: el turismo 'foodie' se reinventa en Madrid

Madrid

Las restricciones impuestas por la COVID han alterado el calendario del congreso Madrid Fusión y también el de Gastrofestival, un certamen que, en paralelo al encuentro profesional de alta cocina, suele inundar la ciudad de actividades culturales relacionadas con la gastronomía: teatro, exposiciones, conferencias, ofertas especiales en bares y restaurantes... Pero ni el cambio de fechas (del 17 de abril al 2 de mayo) ni la campaña electoral van a impedir que el público foodie pueda seguir explorando —bajo el lema "Madrid para comérselo"— la ingente oferta de turismo gastronómico con la que cuenta la ciudad.

El Gastrofestival incluye la promoción de la oferta hostelera madrileña, pero también va mucho más allá de las cañas y el terraceo. Una de las propuestas más llamativas de este año, por ejemplo, ha sido la visita guiada por el Cementerio Sacramental de San Isidro, bajo el título Lardhy, testimonio de los secretos de la historia y la cultura gastronómica de Madrid. Una experiencia alternativa (y al aire libre) diseñada para reivindicar al hijo del fundador de uno de los restaurantes más antiguos y emblemáticos de Madrid. ¡Fue un éxito! Entradas agotadas...

Andrea Fernández, la responsable de las visitas en este camposanto situado en Carabanchel, explica que un recorrido por el llamado Père Lachaise madrileño permite recorrer la historia de algunos de los personajes más destacados de los siglo XIX y XX. "Esta es la primera vez que colaboramos con el Gastrofestival y la acogida ha sido muy buena, estamos muy contentos", señala.

En la visita, además de repasar la vida de Agustín Lhardy, se aborda también el papel desempeñado por otro ilustres huéspedes del cementerio, que fueron clientes del restaurante o que hablaron de su cocina en libros y otras obras de arte.

Teatros, mercados y museos

El Gastrofestival 2021 [programa disponible en su web] también incluye sus habituales recorridos gastronómicos por los principales museos de la ciudad, conciertos a la hora del vermut, obras de microteatro con temática culinaria, actividades especiales en los mercados o menús especiales en los restaurantes latinos de la capital, como guiño a la designación de Madrid como Capital Iberoamericana de la Gastronomía.

Pero cabe destacar, además, un par de eventos interesantes. Por un lado, coincidiendo con la conmemoración del centenario de la muerte de Emilia Pardo Bazán, la experiencia virtual inmersiva Guisos e historias alrededor del fuego (23 y 24 de abril) ofrecerá un menú del día hecho de historias en el que cada plato irá acompañado de un texto de la autora gallega, dramatizado por las escritoras María Folguera y Silvia Nanclares.

'Origami' en los banquetes europeos

El Museo del Prado, por su parte, acoge este sábado la conferencia De admirable hechura. Esculturas de azúcar y lino en los banquetes reales, impartida por Carmen Abad, profesora de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, y en la que se analizaran cuadros de Pieter Brueghel el viejo o Rubens, entre otros.

"En los siglos XVI y XVII las esculturas de azúcar, blancas o doradas, se combinaban con servilletas encrespadas. Una especie de origami hecho con servilletas dobladas y almidón que podían representar arquitecturas fingidas, barcos, castillos, águilas bicéfalas, leones... Toda clase de figuras", explica Abad.

"En el XVIII, en cambio, esas servilletas se rizan en figuras bastante más sencillas y aparecen otros materiales. La obra en azúcar es más variada. En lugar de representar entradas triunfales, se prefería representar jardines con dioses o personajes históricos que aparecían deambulando en los jardines".

Según Abad, "las pinturas del Prado que representan las fastuosidad de estos banquetes son alegorías o banquetes de tema bíblico", como La degollación del Bautista y El banquete de Herodes. "¡Es que es tremenda! Al margen de la truculenta escena, además de que aparezca Salomé con la cabeza del Bautista sobre una bandeja, al fondo hay un aparador con figuras de ostentación, los músicos al fondo, una mesa auxiliar con todos los postres, o las piezas que hay encima de la pieza principal con Herodes y su esposa, que es la mala de la película".