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Patatas fritas

¿Por qué las bolsas de patatas tienen tanto aire en su interior?

No, no es una estrategia de marketing

Una bolsa de patatas fritas. / Getty Images

Madrid

Las vacaciones y las altas temperaturas del verano nos invitan a hacer más planes en exteriores que en cualquier otra época del año. Mientras que algunos aprovechan sus días de descanso para ir a la costa con el objetivo de pegarse un buen chapuzón en la playa, otros prefieren otros planes como la piscina o el monte. Ya seas de un grupo o de otro, todos estos planes siempre suelen ir acompañados de todo tipo de picoteo en el que no puede faltar una bolsa de patatas fritas.

Una bolsa que nada más abrirla ya se encuentra medio vacía, lo que lleva a muchas personas a sentirse engañadas por estar pagando por un producto que está por la mitad de su capacidad. Sin embargo, el hecho de que las bolsas de patatas tengan tanto aire tiene una razón lógica. Y es que, lo que la gran mayoría considera aire es en realidad gas nitrógeno que se utiliza para conservar mejor las patatas y evitar que estas se rompan durante su transporte.

¿Por qué se utiliza el nitrógeno para conservar las patatas fritas?

Las compañías recurren a una mezcla de oxígeno, dióxido de carbono y, sobre todo, nitrógeno para conservar mejor las patatas fritas porque se trata de un gas incoloro, inodoro e insípido. Además, no reacciona con las moléculas de su alrededor, lo que dificulta al crecimiento de bacterias u otros gérmenes y ayuda a que el producto se mantenga en perfectas condiciones durante un tiempo más prolongado. Además, el hecho de que no haya oxígeno en la bolsa ayuda a que el contenido de la misma no se oxide tanto.

Según explican desde Pneumatech, el oxígeno es muy reactivo y le gusta combinarse con otras moléculas. Esto provoca, entre otras cosas, que los alimentos se echen a perder o pierdan su frescura. Al recurrir al nitrógeno se prolonga la vida útil del producto y se mantiene tanto su integridad como su calidad. Y no, no es peligroso para el ser humano. El aire que respiramos tiene un 78% de nitrógeno, por lo que estamos habituados a convivir con él en nuestro día a día.

El nitrógeno también ayuda a que las patatas no se destrocen durante su transporte

Por otro lado, el hecho de que la bolsa de patatas que nos hemos comprado tenga nitrógeno ayuda a que el contenido de la misma no acabe hecho añicos durante su transporte. Si no contara con este elemento, las patatas llegarían a las tiendas probablemente destrozadas, por lo que el gas nitrógeno ayuda no solo a conservarlas en lo que respecta al sabor, sino también en su aspecto. 

Por lo tanto, el hecho de que las bolsas de patatas tengan tanto aire tiene una razón lógica. A pesar de que nos gustaría que las patatas llegaran hasta la parte superior de la bolsa, el hecho de utilizar nitrógeno para su conservación nos permite disfrutar del sabor óptimo de cada una de ellas.

David Justo

David Justo

(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología y buscador de historias virales e inverosímiles...

 
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