Un recorrido por la vida y las canciones de Cecilia, la cantautora melancólica
Con una carrera corta de solo cinco años, entre 1971 y 1976, Evangelina Sobrero, que así se llamaba, dejó una huella imborrable en la historia de la música ligera en español
Un recorrido por la vida y las canciones de Cecilia, la cantautora melancólica
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Cuenca
Aunque vino al mundo como Evangelina Sobredo Galanes, para la música y para la vida ha sido, es y será siempre Cecilia, la cantautora melancólica. En Hoy por Hoy Cuenca dedicamos un programa especial a recorrer su vida y sus canciones con Eugenio Cortés, profesor de Literatura y Cultura Inglesa y Comparada en la facultad de Ciencias de la Educación, Humanidades y Ciencias Sociales, y director académico de Internacionalización para Reino Unido, Norteamérica y Commonwealth, y de Movilidad del campus de la Universidad de Castilla-La Mancha en Cuenca. Con anterioridad hemos realizado con este experto musical programas monográficos dedicados Leonard Cohen, John Lennon, Bruce Springsteen, Bee Gees, Luis Eduardo Aute, Patxi Andión, Bob Dylan, Paco Ibáñez, Elvis Presley, Joan Manuel Serrat o Chris Isaak.
EUGENIO CORTÉS. Cecilia nació como Evangelina Sobrero Galanes en El Pardo (Madrid), un 11 de Noviembre de 1948 de la familia de D. José Ramón Sobrero y Rioboo, y de Dª María Dolores Galanes Saavedra, junto a otros siete hermanos. De su padre, militar y diplomático, heredó el compromiso del intelectual, aceptando siempre la cara oculta de su verdad. De su madre, heredó la pasión por la música, por la literatura, por el arte y por ser mujer.
Infancia y formación
Desde muy joven, Evangelina y sus hermanos recibieron una educación muy cosmopolita. Vivió con su familia en el Reino Unido, EE.UU., Portugal, Jordania y Argelia. Siempre recordaba aquellos paseos familiares por Southampton, en la campiña inglesa, así como sus años de bachillerato en Jordania. Sus padres creían en la educación como llave de la libertad. Además, defendían de un modo ferviente que esta educación itinerante ayudaría a sus hijos a poder contemplar el mundo, su propio país, y su propia cultura, desde diferentes visiones que enriquecerían la suya propia.
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Del mismo modo que le sucedió a Luis Eduardo Aute (1943 – 2020), los hijos de la familia Sobrero Galanes eran bilingües en español y en inglés. Influidos por esta vocación intelectual de su padre, y heredada de su abuelo, su hermana Teresa recuerda aquellas tardes de lectura de las obras de Elisabeth Barret Browning (1806 – 1861), George Eliot (Mary Ann Evans, 1819 – 1880), Charles Dickens (1812 – 1870), Thomas Hardy (1840 – 1928) o León Tolstoi (1828 – 1910), entre otros.
En sus diferentes destinos diplomáticos, sus padres decidieron enviarles a colegios públicos locales británicos y norteamericanos, en vez de a los colegios de élite minoritarios, con el fin de poder aprender la vida del lugar desde el corazón de sus oriundos, viviendo en la realidad. Para sus padres, sin vida no había literatura, y viceversa.
Primeros acordes
Ya de vuelta a España, la joven Eva comenzó sus estudios de Derecho que más tarde abandonó. La razón fue para poder dedicarse a la música a pleno rendimiento. Tras haber sido iniciada en el canto y en la guitarra por una monja norteamericana, amiga de su familia, nuestra Eva empezó a componer canciones en 1962, a la edad de catorce años, y su primer triunfo lo obtuvo a los dieciséis, en 1964.
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Tras dejar la Facultad, entró en contacto con el musicólogo Joaquín Díaz, con Nacho Sáenz de Tejada, componente del grupo folk Nuestro Pequeño Mundo y Picnic, donde también descubrió a Jeannette, y Julio Seijas, miembro y fundador de La Compañía. En aquellos momentos, el dúo norteamericano Simon & Garfunkel acababa de publicar su canción Cecilia, incluida en su álbum Bridge Over Troubled Waters (1970), que Eva adoptó como sobrenombre artístico. A partir de entonces, Cecilia había nacido a la música y para el mundo, como nueva cantautora, existencialista y feminista, tal y como la definieron los críticos musicales del momento.
Una carrera demasiado corta
A lo largo de su breve carrera, tan sólo publicó cuatro álbumes: Cecilia (1972), Cecilia 2 (1973), Un ramito de violetas (1974, y Amor de Medianoche (1975).
Antes de la publicación de su primer álbum, publicó un primer single que incluía los temas Mañana, en su cara A, Reuníos, en su cara B, un pequeño homenaje a The Beatles, invitándolos a su encuentro como FabFour con el fin de hacerles recapacitar sobre su ruptura y la naturaleza indisoluble del Cuarteto de Liverpool.
Primer LP
En 1972, aparece Cecilia, su primer álbum, que incluye temas como Dama, Dama, Nada de nada, o Señor y Dueño. La publicación de Dama, Dama, inspirada en la figura de su madre, no dejó indiferente a la censura existente, haciéndole cambiar el verso “Algún desliz en el Sexto”, por “Algún desliz inconexo”. Señor y Dueño, aunque también estaba inspirada en algunos rasgos patriarcales familiares, fue compuesta como una catarsis liberadora de los estereotipos atribuidos de manera falsa al rol masculino.
Segundo LP
Meses después, en 1973, se publicó el álbum Cecilia 2 que incluye temas como Un millón de sueños o Canción de amor. Un millón de sueños también captó la atención de la censura. La canción, inspirada en la novela de José María Gironella (1917 – 2003), despertó recelos entre aquellas autoridades morales, por lo que le obligaron a cambiar “muertos” por “sueños” en algunas de sus estrofas y versos. Canción de amor fue una invocación al amor como generador y regenerador de la convivencia entre la pareja y, por consiguiente, entre la gente, porque sin amor, no hay cultura, y sin cultura, no hay valor, ni por supuesto, convivencia posible.
Tercer LP
Llegamos entonces a 1975, cuando publica Un ramito de violetas. Aquí destaca la canción que da nombre al álbum, y quizás su obra más versionada por diferentes autores como José Manuel Torre Heredia, más conocido en el ámbito musical como Manzanita (1956 – 2004). Otra canción que aparece en este álbum fue Mi querida España, que también causó delicias en la censura imperante, obligándole a cambiar los versos “…esta España viva / esta España muerta,… ” por “…esta España mía / esta España nuestra…”
Segunda en la OTI
También en 1975 publica el álbum Amor de medianoche, donde recoge canciones como Amor de medianoche, compuesta junto con Juan Carlos Calderón (1938 – 2012), y que representó a España en el Festival Internacional de la canción Iberoamericana (OTI) de 1975 que fue celebrado en San Juan de Puerto Rico, quedando Cecilia en segundo lugar. La canción, de corte romántico, habla del adiós a ese falso amor encarcelador, que mantiene cautivo al amante, anulándolo como persona (“…la muñeca que no tiene opinión…”). Esta canción al principio llevaba el título de La llamada, pero más tarde fue cambiado por el conocido debido a que se adaptaba más a la personalidad de su intérprete y letrista.
Un fatídico accidente
La carrera musical de Cecilia iba viento en popa hasta aquel fatídico 2 de agosto de 1976. En palabras del crítico musical Alberto Vázquez, publicadas en Belkultura el pasado 25 de agosto de 2022:
“Cecilia murió el 2 de agosto de 1976 en un trágico accidente de coche a los 27 años de edad, cuando estaba en la más alta cima de su éxito y su muerte conmovió y conmocionó a todo el país. Cecilia y sus músicos estaban inmersos en una alocada gira veraniega, volvían de un concierto celebrado esa misma noche en Vigo (Pontevedra) en una sala de lo más in del momento que se llamaba Nova Olimpia y cuando su coche atravesaba el casco urbano de Colinas de Trasmonte, muy cerca de Benavente en la provincia de Zamora, donde no había ningún alumbrado, la niebla les impidió ver un carro tirado por bueyes contra el que se empotraron a enorme velocidad (estos segundo nunca se pudo demostrar). No habían podido dormir nada, porque en Madrid les esperaban a las 10:00 de la mañana para grabar sus nuevas canciones y habían salido de Vigo en torno a las 03:00, después de dar su concierto.
Según relataron los supervivientes del accidente, la maravillosa y joven Cecilia estaba dormida cuando ocurrió el accidente y murió de forma instantánea.Esos supervivientes de primera fila fueron dos de sus músicos.
De los tres músicos que la acompañaban, dos se salvaron con heridas leves, pero el batería, Carlos de la Iglesia, también murió en el acto.
También tuvo la suerte de sobrevivir el matrimonio de labradores que conducía el nefasto carro.
El mundo de la música y los cantautores españoles sufrió una pérdida incalculable. Aún hoy sus canciones se recuerdan y se versionan en infinidad de países de habla hispana”.
Una cantautora eterna
En aquel momento, el mundo de la música y de los cantautores españoles sufrió una pérdida incalculable. Hoy en día, sus canciones son recordadas y versionadas por toda Iberoamérica.
A su muerte, ingresando en ese maldito Club de los 27, junto a Amy Winehouse, Janis Joplin, Jim Morrison, Otis Reading, Brian Jones y Kurt Cobain, entre otros, dejó decenas de canciones compuestas y sin publicar. Fue en 1996, en el vigésimo aniversario de su muerte, cuando se publicó el recopilatorio Desde que tú te has ido, tomado de la canción inédita que fue versionada por el grupo Mocedades en 1981.
Fiel a su tradición heredada de The Beatles, Bob Dylan, Joan Baez, Simon & Garfunkel, Gal Costa o Astrud Gilberto, desde el blues, el pop, el rock o la bossa nova, la huella de Cecilia es imborrable, no sólo en la música, sino también en la conciencia de nuestra España, que no deja de reinventarse para sobrevivir cada día.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...