La Galerna de Bermeo: El fin de la navegación a vela

Bilbao

Apenas quedan reconstrucciones en Bermeo de la flota de embarcaciones de madera que surcaron el Cantábrico en busca de bonito. Un total de 143 arrantzales perdieron la vida en estas embarcaciones el 12 de agosto de 1912. Hoy se conmemora a las víctimas del mayor accidente laboras del s. XX en Euskadi: la Galerna de Bermeo.

Se cumplen 107 años de este desastre. La desgracia se podría haber evitado ya que desde el Observatorio de Igeldo, el padre Miguel Orcolaga emitió un mensaje avisando de la galerna que consiguió que los arrantzales guipuzcoanos no salieran. No fue así en Bermeo.

Un dato llamativo, según el historiador Alberto Santana en Hoy por Hoy Bilbao, "parece que había dos calidades de sufrimiento", o así fue considerado a la hora de indemnizar a las familias. Según Santana, un tercio de los fallecidos en la Galerna tenía apellido Expósito o "como adjetivo adherido a su nombre": eran niños adoptados por familias de pescadores bermeanos en la casa de la misericordia de Bilbao, una práctica habitual para sustituir a sus propios hijos en los trabajos de la mar. Las familias de estos jóvenes recibían la mitad de indemnización por persona.

Todas las personas que perdieron la vida estaban en embarcaciones de madera. El marino mercante e investigador, Juan Antonio Apraiz, alias Koiote, detalla que en esa época las embarcaciones de pesca de bonito eran de dos tipos: "los primeros vapores y las txalupas a vela, que todavía eran mayores que las de propulsión a vapor". Según Koiote, durante la galerna, las embarcaciones propulsadas a vapor decidieron volver a puerto, pero las txalupas más potentes, de mayor tamaño, decidieron quedarse en la mar y fueron las que perecieron.

No ha habido otro accidente en Euskadi en el s.XX en el que se hayan producido tantas muertes en tan poco tiempo. Muertes de arrantzales que contaban desde 16 años hasta 60.

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