Rápido y casi gratis: el truco que casi nadie conoce para que el roscón de Reyes esté aún más bueno
Cuando el roscón está muy rico, es difícil que sobre
Madrid
Hay hogares en los que llevan más de un mes comiendo panettone. Lo del calendario de Adviento con chocolate es menos frecuente, pero es raro el sitio en el que las comidas navideñas no se culminan con turrones, polvorones y mazapanes. Bueno, pues no sé sabe cuántos kilos después, aún está por llegar otro clásico de la Navidad al que millones de personas no están dispuestas a renunciar: el roscón de Reyes.
Su origen, según cuenta Marta Maestre, del catering Isabel Maestre, se remonta a la época del Imperio Romano: "Se tomaba para la Saturnalia, la fiesta de los niños y esclavos. Pero luego se cristianizó y ya se metía un haba dentro".
Gastro 25 | Isabel Maestre: mucho más que la pionera del 'catering'
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El roscón, tal y como lo conocemos ahora, de todas formas, es una costumbre (brioche bordelés) importada de Francia directamente a la corte real de Carlos III, desde donde se empezó a expandir por la capital y, con el tiempo, por toda España. "A mí me parece la fiesta más bonita de la Navidad", señala la productora madrileña.
El rey y el haba
Más allá de los aromas y la textura del brioche, de todas formas, también es muy importante el ritual asociado al roscón. "El rey será rey todo el año, y al que le toque el haba, lo paga", explica.
Pero, ¿cómo se corta y se reparte para evitar suspicacias con tu cuñado? En casa de Marta Maestre han optado por colocar a un niño debajo de la mesa y que sea él, a ciegas, quien vaya diciendo el nombre del destinatario de cada trozo.
Después de haber quedado en segunda posición del Campeonato al Mejor Roscón de Madrid el año pasado, en el obrador de Isabel Maestre, en estas fechas, trabajan 24 horas al día para poder cumplir con sus clientes, que se pueden comprar el roscón on line (45.50 euros) o en sus puntos de venta de El Corte Inglés (Goya y Serrano). "Tengo la impresión de que este domingo va a estar lleno de meriendas con roscón en casa de los abuelos", señala.
La temperatura ideal
A la hora de comérselo, de todas formas, Marta Maestre recomienda precalentar el horno a 180 grados, apagarlo... y aprovechar ese calor residual para que el roscón adquiera cierta temperatura durante 10 minutos. "Al tener mucha mantequilla, si te lo comes frío va a estar triste", señala. "Lo ideal es que esté a 37 grados".
Ese truco, por supuesto, solo sirve para quien se come el roscón sin relleno, que es la opción preferida de Maestre. Eso sí, a ella le gusta acompañarlo de un poco de nata: pero no dentro, sino al lado. Por eso ofrecen también la opción de comprar una manga de nata montada.
"Si te sobra un trozo, igual ya es un poco más cutre, pero también puede funcionar envolverlo en papel film y meterlo 5 segundos en el microondas", explica. Pero cuando el roscón está bueno, es difícil que sobre un trozo. ¿Verdad?
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...