"Lo vamos a hacer al revés": el día que Manuela Carmena cocinó para los mejores chefs de Madrid
La exalcaldesa de Madrid hace apología de su política de las madalenas: "Podríamos ir dando pasitos para que la confrontación vaya desapareciendo"
Madrid
A Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid entre 2015 y 2019, siempre le ha gustado cocinar. De pequeña, según ha contado en una entrevista concedida a Gastro SER, había escasez de muchas cosas ("la palabra contrabando era muy habitual"), pero una vez su padre consiguió un saco de harina y su madre aprendió a hacer pan. "A mí me dejaba hacer panes chiquititos", recuerda con cariño.
Más información
También recuerda el requesón de Miraflores o que en su colegio, que era de monjas y "un poco francés", le daban platos raros, como "una especie de paté" o un postre de "pasas y avellanas".
Para la exalcaldesa, que dio el salto a la política después de toda una vida en la judicatura, la comida es muy importante, pero también su ausencia. "Ver chiquillos que se van a morir porque no tienen lo que aquí nos sobra... Usar el hambre como instrumento de guerra es algo horrible y repugnante", asegura, al preguntarle por Palestina.
El peligro de las expectativas
Uno de los proyectos impulsó en su etapa como alcaldesa, de hecho, fue una gran biblioteca gastronómica que también debía contar con un espacio dedicado a "la historia del hambre", en colaboración con la FAO. Pero, aunque ya disponían de un edificio para ello, la idea no cuajó.
"Intenté hacer muchas cosas y no todas las conseguí", asegura, al preguntarle por la gestión de las expectativas y la decepción ajena, que es algo que —por otra parte— comparten los políticos y los chefs.
"Los procesos de creación siempre llevan un tiempo. Si innovas, tienes que seguir las reglas de la innovación y entender que, al principio, la gente ni siquiera te oye. Pero puede que al final te digan que está muy bien... ¡Mira Madrid Central! Nos llamaron cochófobos, pero era obvio que había que hacerlo y ahora José Luis [Almeida, alcalde de Madird] dice que es estupendo y está orgulloso. Le ha cambiado el nombre, pero bueno, eso es una pequeñez".
El poder social de la cocina
Su paso por el Ayuntamiento de Madrid también sirvió para darle un empujoncito —cuantitativa y cualitativamente— a las escuelas infantiles. Gracias a la gestión de Carmena, todos los centros de la red municipal cuenta con un moderno plan educativo y con algo que solo ofrecían los centros privados de élite: comedores 100% ecológicos.
Manuela Carmena, en la cocina de la Escuela Infantil La Patria Chica (Carabanchel), en 2017.
Manuela Carmena, en la cocina de la Escuela Infantil La Patria Chica (Carabanchel), en 2017.
"Para mí era una obsesión", asegura. "La educación es garantía de igualdad y cuando hay un bebé quiero todo lo mejor. También me hubiera gustado montar comedores en todos los centros e implicar a los alumnos en la preparación de los menús. De hecho, lo que sí hicimos fue potenciar los huertos escolares y las ferias de productos agrícolas. Pero me costó porque algunos profesores decían que no era bueno que los niños vieran competencia. Yo, con todo el respeto, no estoy de acuerdo. Si los tomates del otro son mejores, no pasa nada. Hay que acostumbrarse y no por eso te vas a hundir".
Pero, aunque lleva unos cuantos años jubilada, Manuela Carmena no descansa. Su proyecto más conocido es Zapatelas, una empresa social de ropa infantil en la que adoran a figuras clave del feminismo, como Concepción Arenal, Juana de Vega o Emilia Pardo Bazán. Pero hay algo más: un "buen restaurante" situado en el interior de la cárcel de mujeres de Ávila para el que, de momento, están buscando financiación.
La política de las madalenas
La comida, para Carmena, es una herramienta potentísima que, más allá del goce efímero, puede usarse para mejorar las cosas. Algo que ella, de hecho, lleva muchos años poniendo en práctica con sus famosas madalenas como punta de lanza. Un gesto de buena voluntad del que se ha valido para conectar con compañeros y contrincantes políticos.
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Gastro SER | Manuela Carmena y la política de las madalenas
"Estar frente a una taza de café y un panecillo une mucho", explica. "Si los desayunos dieron resultado para mejorar el servicio de notificaciones cuando era la jueza decana de Madrid, pensé que quizá también podíamos conseguir que los concejales, que estaban tan ásperos y decían tantas barbaridades, tuvieran una actitud más agradable".
Aún se acuerda del día que los integrantes del Grupo Popular esperaron a que Esperanza Aguirre cogiera la primera madalena para empezar a compartir un desayuno. "Es interesante cómo podríamos ir dando pasitos para que la confrontación fuera desapareciendo", asegura.
Menús de 300 euros
Pero la exalcaldesa no solo cocinaba madalenas. "En el Ayuntamiento había una cocina totalmente equipada y pensé que, en vez de contratar a una empresa de catering, podía cocinar yo para mis invitados", explica.
Manuela Carmena, con Óscar Velasco, Ramon Freixa, Paco Roncero, Ricardo Sanz y Diego Guerrero.
Manuela Carmena, con Óscar Velasco, Ramon Freixa, Paco Roncero, Ricardo Sanz y Diego Guerrero.
En abril de 2018, coincidiendo con el Gastrofestival, de hecho, declinó la invitación de seis de los mejores cocineros de la ciudad: "Me invitaron a sus restaurantes, pero a mí no me parecía bien que una autoridad fuese a un sitio tan caro. Me parecía un privilegio... Así que pensé: 'Lo vamos a hacer la revés'. Y les invité yo... y mi menú no les pareció mal".
Aquel día cocinó para Óscar Velasco, Ramon Freixa, Paco Roncero, Ricardo Sanz, Diego Guerrero y José Carlos Fuentes. Pero nunca ha estado en sus restaurantes. "Ante un menú de 300 euros, me siento mal", reconoce. "Solo estuve, hace mucho años, en un restaurante cuyo nombre no recuerdo, de un cocinero que siempre llevaba sombrero [Viridiana, de Abraham García]".
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...
