El brócoli: un seguro de vida

Madrid

Esta planta, que pertene a la familia del repollo, la coliflor o las coles de Bruselas, debería ocupar un lugar privilegiado en nuestra dieta por los grandes favores que le hace a nuestra salud. Al brócoli se le atribuyen importantes beneficios, concretamente un efecto protector frente a diversos tipos de cáncer: pulmón, próstata, mama, endometrio, útero y tumores relacionados con el tracto gastrointestinal (estómago, hígado, colon), debido a su gran contenido en nutrientes antioxidantes (b-carotenos y vitamina C), fibra (soluble e insoluble) y sustancias fitoquímicas.

Sin embargo, deben tener precaución con el brócoli aquellas personas que sufran enfermedades intestinales y malas digestiones, ya que este tipo de vegetales puede producir flatulencias y problemas digestivos.

Las propiedades nutricionales del brócoli

Como el resto de las crucíferas, el brócoli tiene una gran importancia desde el punto de vista nutricional, ya que contiene una elevada cantidad de fibra, minerales y vitaminas. Concretamente es una buena fuente vitamina C y folatos, hasta el punto de que una ración (200 g) aporta casi el doble de la ingesta recomendada de vitamina C. Por su bajo aporte calórico (34 Kcal por cada 100gr) y su aporte en fibra es muy utilizado en dietas de adelgazamiento.

¿Cómo cocinarlo?

La forma más habitual de consumirlo es hervido, ya sea solo o acompañado de otras verduras, aunque también se puede consumir crudo. Admite las mismas preparaciones que la coliflor: salteado con ajos y vegetales, con trozos de jamón, con pimentón dulce o picante, cubierto de bechamel y gratinado en el horno... La mejor forma de conservar sus cualidades es cocerlo al vapor o hervirlo durante 3 o 4 minutos, así se reduce de forma considerable la pérdida de sustancias nutritivas.