Fiesta del cine: las seis películas que tienes que ver (más allá de 'Joker')
Tres días de entradas a 2,90 euros para disfrutar de muchas de las cintas de la temporada de premios
Madrid
Otoño es temporada alta para el cine. Tras los festivales, ya está en marcha la carrera de premios y muchas de las películas que competirán en ella están en la cartelera. Desde este lunes y hasta el miércoles la edición otoñal de la Fiesta del Cine pretende impulsar la taquilla con entradas a 2,90 euros (puedes consultar las bases en este link). Más allá de fenómenos como Joker (ya la deberías haber visto), o las últimas cintas de Tarantino y Almodóvar -vuelven a la cartelera para esta ocasión en algunos cine-, te recomendamos seis películas imprescindibles:
Ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes y gran rival de Pedro Almodóvar, la cinta del director coreano es una de las películas del año, una obra superlativa. Parásitos no habla de monstruos ni de seres fantasmagóricos. Habla de personas reales que están en la sociedad. Son personas que esperan vivir con otros en una relación de coexistencia o de simbiosis, pero eso no funciona, por lo que se ven empujados a una relación parasitaria. "No buscaba tratar con las diferencias de clases. Cuando miramos a nuestro alrededor, identificamos a esas dos clases, los ricos y los pobres. esta disparidad está por todas partes. Así que el tema emerge solo", dice el director. Un título irónico, un recurso que Bong Joon-ho ya utilizó en una de sus obras maestras, Memories of murder.
La cinta indaga en las grietas del capitalismo, las grietas de las diferencias de clases y lo hace a través de tres familias. Una rica, que vive en un chalé, conduce cochazos y van a universidades caras. Otra malvive con empleos precarios y triquiñuelas en un barrio obrero y hacinado de las afueras. Y una tercera que sobrevive en un sótano. Divertida, aterradora, triste, Parásitos es un cúmulo de sensaciones, sentimientos y reflexiones que tiene una cuidada puesta en escena y unas brillantes interpretaciones y que ha conseguido traspasar la cultura coreana para llegar a todos los públicos. Hay ecos de Viridiana, de El sirviente, de Losey o Teorema de Pasolini, películas que han enfrentado a los ricos con su servicio. También hay ecos de Rompenieves, película con la que se adentró en Hollywood este director, donde los proletarios del vagón de cola tenían que avanzar hacia la locomotora para tomar el poder. Parásitos no juzga en ningún momento a sus personajes, evitando así caer en todo momento en el habitual maniqueísmo que caracteriza el cine que enfrenta las altas esferas con las bajas. Lo que hace la cinta es apuntar a que cuando hay desigualdad e injusticia siempre salpica, incluso a los que viven en chalets con alarmas.
El Cine en la SER: 'Parásitos', divertida y rabiosa sátira sobre la lucha de clases (25/10/2019)
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Una de las películas más sugestivas de la temporada, una especie de utopía que subvierte todas las ideas visuales del amor romántico en el cine. La directora francesa Céline Sciamma, que ya había roto moldes en Tomboy y Chilhood, se ha propuesto tirar por tierra unas cuantas convenciones para hacer una historia de amor igualitaria y bella protagonizada por Noemi Merlant y Adel Hennel. Es una historia de época original, que no se basa en ninguna novela ni en ningún hecho histórico. Cuenta la relación amorosa entre una pintora y una joven a la que quieren comprometer, ambas de clase alta. Los hombres desaparecen de esta película y solo hay otro personaje más, un ama de llaves, una mediadora. Entre las tres emerge una sororidad que traspasa las fronteras de clase. La realizadora recurre al uso del plano y contraplano al retratar esta relación amorosa, donde ambas mujeres se miran de tú a tú. No hay nadie por encima, ni por debajo. No hay dominación física ni intelectual.
Todo un intento de romper el relato amoroso heterosexual que ha dominado no solo el cine; sino toda la ficción. Un mundo que debería ser, el de la igualdad, y evita poner el foco en las restricciones de las lesbianas en aquella época para centrarse en las posibilidades. Es, por tanto, una película positiva y luminosa, algo fría en el manejo de los sentimientos y muy medida. Los roles pintor y musa, tan manidos en el cine, se rompen aquí de nuevo, en una historia que transcurre en una isla y que se centra también en la memoria y en cómo el amor perdura también en el recuerdo. Lo hace Sciamma con el juego de realidad y representación que la propia historia tiene, puesto que un personaje pinta al otro. Retrato de una mujer en llamas es una historia poderosa y emancipadora que recuerda a la laureada Carol de Todd Haynes.
'Retrato de una mujer en llamas' (Céline Sciamma)
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La película se estrena oficialmente el jueves 31 de octubre pero, con la Fiesta del cine, adelanta su exhibición en algunos cines con pases especiales (consulta esta lista). Tras Loreak y Handia, los directores cambian de registro con su apuesta más valiente y ambiciosa. La historia de un topo -aquellos comunistas perseguidos en la Guerra Civil- que permaneció más de 30 años escondido, sin ver la luz, hasta la ley de amnistía del franquismo. El relato lo estructuran a través de la historia de amor de un matrimonio condenado a vivir en el miedo y la clandestinidad.
La trinchera infinita camina del thriller al drama con una primera hora frenética, llena de ideas visuales, el uso del fuera de campo, el juego inmersivo de sonido e iluminación, para ir componiendo a dos personajes que habitan el mismo espacio, la casa y el zulo, pero se van separando conforme pasan los años. Antonio de la Torre y Belén Cuesta son ese matrimonio por cuyos ojos pasa la guerra y la posguerra. Dos personas que acaban simbolizando a los dos Españas, la que pide pasar página y la que no puede cerrar las heridas porque no le han dejado. Ambientada en un pueblo perdido de Andalucía, la cinta ha sido rodada entre el sur y el norte. Construyeron un zulo real, trabajaron los acentos y diseñaron un relato capaz de pasar de una fuerza fílmica apabullante -cámara en mano, espacios opresivos- a una serenidad detallista y más luminosa que condensa el paso del tiempo. Es la historia de un país a través de la intimidad de una pareja, una obra sobresaliente y emocionante con ecos en la actualidad.
Una buena oportunidad para acercarse a uno de los directores españoles más interesantes de la actualidad. Nacido en París, sus padres, dos emigrantes gallegos, se conocieron en la saca Bataclan. Ha estudiado en Barcelona y Londres, ha vivido en Marruecos, pero los veranos siempre intentaba volver al pueblo. A Galicia. Oliver Laxe lleva un año triunfal con 'O que arde', que ha pasado por el festival de Cannes -premio del jurado en Un certain regard-, por el de Toronto, por el San Sebastián...
En su tercer largometraje explora la conexión con el campo a través de unos personajes anclados a la tierra, a los montes de Os Ancares. En 'O que arde' aborda desde el lirismo cómo sus paisanos conviven con el fuego. Amador es un pirómano que sale de prisión y regresa al pueblo. Aislado en las montañas, donde vive con su anciana madre, Benedicta, y tres vacas, sus vidas transcurren hermanadas con la naturaleza hasta que un incendio arrasa todo.El director tuvo que formarse para acompañar a los bomberos en la filmación y esperar, valga la contradicción, que el campo ardiera. No hay juicios ni discursos en el cine de Oliver Laxe. Una mirada bella, poética, a las tradiciones, a los valores perdidos, a la tierra que el pseuprogreso maltrata. Un retrato tierno y duro de la comunión del hombre con el entorno.
Entrevista | Oliver Laxe, la comunión con la tierra y el fuego
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El director filma una comedia de enredos ligera que contiene toda la esencia de su cine. Ágil, moderna, vintage y con un encanto que solo este director de 83 años sabe dar a su amada Nueva York. Día de lluvia en Nueva York es una historia de amor. La de una joven pareja que llega a la ciudad para pasar el fin de semana romántico perfecto, donde él le enseñará a ella, la chica de pueblo, todo lo que debe saber de Nueva York y no se atrevió a preguntar. Sin embargo, todo se tuerce, y el cineasta divide la trama en las peripecias que vive él mientras la espera a ella por en una entrevista de trabajo.
El personaje protagonista se llame Gatsby, y al Igual que su homónimo en la novela de F. Scott Fitzgerald, es una criatura de otro tiempo. Prefiere las películas clásicas de Hollywood, la música clásica, los días lluviosos. Es el alter ego del director, que en sus primeras películas interpretaba él mismo, como en la oscarizada Annie Hall. Película con la que dialoga constantemente, al igual que Media noche en París, donde mostraba a una pareja con intereses diferentes, conociendo a nuevas personas en una embelesada ciudad. Es el chico atormentado que detesta el progreso, el campo, el sol y adora Nueva York. Lo interpreta ahora Timothée Chalamet, actor de moda, que junto a Elle Fanning y Rebeca Hall, se arrepintieron de rodar esta película y donaron su sueldo al movimiento MeToo. La fotografía la firmar Vitorio Storaro, con el que ya trabajó en Café Society y Wonder Wheel, sus últimos trabajos. El italiano empleó distintas clases de luz y movimientos de cámara para enfatizar las diferencias entre las personalidades de la pareja protagonista, así como las luces y las sombras de la ciudad de Nueva York, un personaje más en el cine de Woody Allen, desde sus inicios, que ha retratado de todas las maneras y colores.
'Día de lluvia en Nueva York' (Woody Allen)
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Si el Joker dio una patada al neocapitalismo y sus consecuencias, la exclusión de gran parte de la población del acceso a una vida digna, Costa-Gavras no iba a ser menos. Exponente del cine político europeo desde Zeta o Missing, el director griego convierte en una farsa la tragedia de la crisis de la deuda griega y relata la negociación del Gobierno de Syriza con las instituciones europeas a partir de su victoria electoral en 2015, basándose en el libro de Varoufakis.
Varoufakis es el héroe, el David frente al Goliat, firme en sus principios, con aire de estrella de rock y su parte ególatra. El villano es la Europa del austericidio encabezada Wolfgang Schäuble, el todopoderoso ministro de finanzas de Angela Merkel que condicionaba toda decisión del Eurogrupo. Rodada en varios países europeos, con actores griegos, la cinta se convierte en un thriller sobre este proceso de humillación que acabó doblegando la voluntad del pueblo griego. Tsipras claudicó, traicionó a sus ciudadanos y Varoufakis dimitió tras cinco meses en el cargo.
'Comportarse como adultos' (Costa-Gavras)
07:28
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