Mariano Rajoy salva un 'match-ball'
El lider del PP tuvo que forzar "in extremis" la salida de Costa porque se jugaba la autoridad que le quedaba al frente de un partido conmocionado por la corrupción
Madrid
Rajoy ha salvado in extremis el primer match-ball del caso Gürtel; lo malo para él es que la fiesta, entre comillas, no ha acabado ni mucho menos.
La dirección nacional del PP se ha visto obligada a intervenir esta mañana y a forzar a Camps para que cesara de una vez a Ricardo Costa como secretario general y como portavoz parlamentario.
Los desafíos, amenazas, desplantes y condiciones que Costa había impuesto a Camps y sobretodo a Rajoy habían dejado al partido en un callejón sin salida. Si Costa seguía siendo hoy portavoz del PP en Les Corts, Rajoy y Cospedal quedaban tocados para siempre.
Rajoy se jugaba buena parte de la autoridad que le queda al frente de un partido conmocionado por el escándalo de la corrupción. Por una vez parece haberse impuesto. Eso sí, ha salido con varias heridas de guerra: de hecho, le ha costado cinco días echar a un secretario regional y con el partido hecho unos zorros.
Más información
- El PP valenciano cede y sustituye a Costa
- Salvar al PP
- Ana botella dice que quieren destruir a su familia
- Montilla pide "contundencia" a los partidos para dignificar la política
- El supermartes de Mariano Rajoy
- Cospedal dice que si Costa ejerce de portavoz habrá medidas disciplinarias
- Gómez siente un "tufillo" de pacto entre Aguirre y los imputados para no ser juzgados "como el resto"
- Rajoy gana el pulso a Costa con un ojo puesto en Camps
- El PP planea una transición en Valencia
- Vuelven los lunes negros del PP
En Valencia, la guerra interna entre los de Camps, los de Zaplana y los de Fabra se ha desatado y Costa no olvidará fácilmente la traición de hoy de su presidente regional.
¿Qué va a pasar ahora? En Génova pueden volver a pensar que la situación se va a tranquilizar pero los que han apoyado a Costa en estos días quieren cobrarse piezas de caza mayor: primero Camps, el jefe de la tropa valenciana, el amiguito del alma del 'Bigotes' y que ha quedado en una posición de extrema debilidad y después, tal vez el propio Rajoy si la Gürtel sigue golpeando los cimientos del PP.