Tribunales

La Fiscalía pide al Supremo que confirme la condena de Granados por el chivatazo de la Púnica

Ha pedido que rechace los recursos de Granados y los dos guardias que participaron en el chivatazo y haga firme sus condenas de hasta dos años de cárcel, la primera de Púnica: asegura que la confesión de Marjaliza, clave en el caso, es válida

Granados, Talamino y Caro Vinagre durante el juicio / Alberto Pozas

Madrid

La Fiscalía ha pedido al Tribunal Supremo que confirme la primera sentencia condenatoria del caso Púnica: la que impuso dos años de cárcel a Francisco Granados por beneficiarse del chivatazo que le dieron dos guardias civiles de que la Audiencia Nacional seguía los movimientos de los líderes de la trama. 

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En un escrito al que ha tenido acceso la Cadena SER de la fiscal Paloma Iglesias el Ministerio Público - que llegó a pedir tres años de cárcel para cada uno - ha impugnado los recursos que presentaron tanto el exconsejero del gobierno madrileño como los dos guardias civiles implicados, pidiendo por tanto al Tribunal Supremo que declare firmes sus condenas: dos años de cárcel para Granados y el autor del chivatazo, José Manuel Rodríguez Talamino, y año y medio para el también agente José Luis Caro Vinagre

La sentencia, dictada el pasado mes de diciembre, declaró probado que el agente Talamino reveló a Granados, durante unas fiestas del municipio de Valdemoro del que fue alcalde, que la Unidad Central Operativa (UCO) vigilaba de cerca al empresario David Marjaliza con unos dispositivos de grabación que él mismo había colocado. Una información que estuvo a punto de dar al traste con toda la información, que llevó a Marjaliza a destruir numerosa documentación y en cuya transmisión también participó Caro Vinagre, a las puertas de juicio a su vez por el espionaje político en la Comunidad de Madrid.

Granados y su letrado, Javier Vasallo, al llegar al juicio / Mariscal

A la espera de que los jueces deliberen sin señalar vista pública, la Fiscalía ha impugnado los recursos de los tres condenados, afirmando entre otros argumentos que la sentencia se dictó con en base a "prueba indiciaria válida, suficiente y perfectamente razonada", que el chivatazo "perjudicó notablemente la investigación de graves delitos relacionados con la corrupción", un daño "a la causa pública" que la Fiscalía califica de "innegable" y por último avalando los pinchazos telefónicos: "Las intervenciones telefónicas son legítimas, están justificadas, no son prospectivas". Granados alegaba, entre otras cosas, que su antiguo socio David Marjaliza ha recibido trato de favor y solicitando también la nulidad de los pinchazos telefónicos que probaron el chivatazo.  

"He quemado todo"

La primera condena de las más de diez piezas separadas que componen el caso Púnica llegó después de contar con dos confesiones fundamentales: la del empresario David Marjaliza, que reconoció haber recibido el chivatazo, y la de la persona que quemó varios carros de la compra llenos de documentación comprometida por orden suya. "Me dijo que me había balizado el coche", dijo Marjaliza alto y claro durante el juicio, explicando las instrucciones que dio al hombre que se deshizo de la documentación comprometida: "Quémalo en un día que haya niebla y no nos el helicóptero de la Guardia Civil", le dijo.

La sentencia, además de imponer condenas de cárcel, supuso un punto de inflexión de la trama Púnica. Con más de una decena de piezas separadas que investigan, entre otras cosas, el cobro de comisiones millonarias a cambio de contratos públicos y la supuesta financiación irregular del PP en la capital, por primera vez un tribunal colegiado daba validez en sentencia a la confesión de David Marjaliza.

David Marjaliza confesó el chivatazo durante el juicio / Alberto Pozas

En busca de la libertad provisional, Marjaliza acudió ante el juez Eloy Velasco en junio de 2015 para declarar durante más de trece horas y confesarlo absolutamente todo: las mordidas, los amaños, el dinero en el extranjero y el chivatazo. Está por ver si el Tribunal Supremo da validez a esta confesión, y también si la misma Audiencia Nacional encuentra en estas declaraciones pruebas suficientes para cimentar más condenas en la Púnica. Una estrategia contraria a la llevada a cabo por Granados y que, de hecho, criticó su abogado en el juicio: "No tengo ninguna duda de que este procedimiento a nivel probatorio quiere constituir la primera lanzadera desde el trampolín de 25 metros para poder determinar en las piezas futuras de la Púnica que todo lo que diga el señor Marjaliza está bendecido por la primera sentencia de la Púnica", dijo.

La causa, en peligro

El chivatazo, según los agentes que participaban en las pesquisas, estuvo apunto de arruinar la investigación que desde hace meses desarollaba el juzgado número 6 de la Audiencia Nacional. A partir de ese momento, dijo un agente de la UCO en el juicio, las medidas de vigilancia se convirtieron en "prácticamente inútiles" añadiendo que "nos privaron de fuentes de información" cuando los cabecillas de la trama dejaron de hablar de asuntos comprometidos por teléfono al saberse vigilados.

El jefe de Talamino en la UCO durante su testifical en el juicio / Alberto Pozas

La operación tuvo que adelantarse y los agentes de la UCO no pudieron ocultar su decepción con Talamino durante el juicio. "Era uno de los míos y era una mancha muy difícil de borrar, nos ha costado mucho", dijo por ejemplo su antiguo jefe en la Guardia Civil. Durante el primer interrogatorio en sede judicial practicado a Talamino, la fiscal del caso le dijo que "lo he vivido en tiempo real y es lo que más me ha dolido de esta información".

 
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