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Nutrición

"El azúcar de un vaso de zumo recién hecho es el mismo que el de una Coca-Cola"

El divulgador científico Darío Pescador explica por qué no es sano exprimir la fruta y desmiente la popularidad del azúcar como componente natural

Zumo de naranja / Houin/BSIP/vía Getty

Zumo de naranja

Madrid

Cuando el calor aprieta apetecen bebidas refrescantes. Hay de todo tipo: refrescos, granizados, y los clásicos zumos de fruta. Estos últimos, convertidos a veces en una alternativa más sana a los refrescos y jugos industriales, son habituales en desayunos y meriendas sobre todo en verano, y siempre hay que acabar el vaso, sino la voz de tu madre aparece en tu cabeza recordándote que dejarás abajo las vitaminas, los nutrientes, etc, etc, etc. Los zumos se han entendido como un gran aliado para que el estómago de los más pequeños normalice la fruta, y así hemos crecido… ¿Pero son tan sanos como parecen?

Darío Pescador es divulgador científico, y en su último libro ‘Tu mejor yo’ desmonta algunas creencias populares sobre los zumos a partir de uno de sus componentes naturales: el azúcar. Porque natural no siempre es sinónimo de sano si se consume sin conciencia. “Mucha gente piensa que el azúcar ‘natural’ no es tan dañina como el azúcar añadido. Tengo una mala noticia: para tu cuerpo, el azúcar de un zumo de naranja recién exprimido es igual que el azúcar de la Coca-Cola”, apunta Pescador en su libro.

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"El cuerpo no tiene un control de aduanas"

La popularidad del azúcar ha ido decrescendo en los últimos años, pero parece que aún aguanta escondida de forma libre entre la fruta. Esto es, en forma de fructosa y glucosa (moléculas monosacáridas propias de la fruta, la miel y otros edulcorantes naturales que, de nuevo, no tienen por qué ser sanos) y sacarosa (el resultado de la unión de las dos anteriores, que se encuentra como azúcar habitual de mesa así como en algunas frutas como la naranja, la estrella de los zumos).

En su camino por el sistema digestivo, la sacarosa se rompe en sus dos componentes, así que nutricionalmente no hay diferencia. El cuerpo te lo va a exigir igual (porque le encanta), pero también te lo recriminará igual (porque le sienta fatal), y no importa la fruta que elijas. “El cuerpo no tiene un control de aduanas para las moléculas monosacáridas, y el nivel de estas en las distintas frutas apenas varía”, explica Pescador.

No hay diferencia con zumos comerciales

“El azúcar que contiene un refresco como la Coca-Cola es prácticamente igual de perjudicial que el que encontramos en un vaso de zumo de naranja”, asegura el también periodista especializado en ciencia y tecnología. Salvando las distancias en cuanto a otros componentes perjudiciales que poseen los refrescos, su sacarosa realiza en el organismo el proceso anteriormente comentado: al dividirse en fructosa y glucosa no deja de ser igual que lo que se desprende de la fruta exprimida.

El problema, sin embargo, no está tanto en el proceso de exprimir (que también), sino en la cantidad de piezas que se necesitan para conseguir un vaso de zumo. “En un vaso de zumo tienes el equivalente a cuatro o cinco naranjas, muy pocas personas se comerían tantas piezas enteras”, señala Pescador, que añade: “En ese vaso solo tendrías el azúcar de cuatro naranjas, y dejas atrás la fibra”.

En una naranja, la cantidad habitual que una persona podría consumir, “encuentras seis gramos de azúcar, pero en un vaso de zumo tendrás el equivalente a esa cantidad multiplicada por cuatro”. Por ello, el divulgador advierte de que no existe diferencia con los zumos comerciales, que además poseen otros ingredientes poco sanos.

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El mejor smoothie: el gazpacho

¿Y qué ocurre con los llamados 'smoothies'? Desde hace años, estas bebidas preparadas a base de fruta y verdura son una especie de tendencia de la conciencia saludable. Sin embargo, el problema del azúcar no queda atrás con ellos. Según Pescador, la clave vuelve a estar en las cantidades: “En los smoothies que encontramos en supermercados y tiendas hay muy poca cantidad de verdura, la receta suele ser varios tipos de fruta y algo de verdura, estamos en las mismas”.

No obstante, el divulgador matiza que, de hacerlo en casa, si se añade alguna pieza de fruta (por ejemplo una manzana, un plátano o una naranja) y el resto es verdura (pepino, espinacas, remolacha, apio…), “entonces sí”. Por ello, insiste en que “el mejor smoothie del mundo, al final, es el gazpacho”.

“Nuestro organismo no ha evolucionado para consumir tanta cantidad de azúcar, porque no hay nada en la naturaleza que tenga tanto", concluye Pescador. Así, la alternativa es clara: mucho mejor consumir al menos una pieza de fruta al día y dejar otras versiones para momentos puntuales.

 
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