Más medidas para atajar las crisis del maíz y del arroz

Mérida

La organización agraria UPA-UCE ha reclamado hoy que se tomen medidas a nivel europeo para atajar los problemas que atraviesan los cultivos del maíz y del arroz, en concreto que se active la reserva de crisis para el primero y usar la cláusula de salvaguardia para el segundo.

El secretario general de UPA-UCE Extremadura, Ignacio Huertas, ha explicado en rueda de prensa que la reserva de crisis es la retención del tres por ciento de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC), que reciben los agricultores y ganaderos, para utilizarlo en situaciones como la que atraviesa ahora el maíz.

Respecto a la cláusula de salvaguardia, consiste en frenar las importaciones de otros países durante el periodo de comercialización para no dañar los precios de los arroceros nacionales.

Huertas ha pedido estas medidas debido a las pérdidas que tienen ambos cultivos de regadío, que por parte del maíz alcanzan casi los 32 millones de euros en la presente campaña, más 15 millones de euros por la reducción de precios y casi 17 millones en pérdidas por la bajada de la producción.

Asimismo, Extremadura ha pasado de tener 62.869 hectáreas en 2014 a 49.300 en 2016, un 12 por ciento menos, un problema que se ha agravado por las lluvias de abril, el granizo de junio y el intenso calor del verano.

Según Huertas, el maíz es el cultivo más importante del regadío extremeño por su extensión (casi 50.000 hectáreas) y también porque es regulador del resto de cultivos, por lo que si este disminuye, los otros se sobrecargan y corren el riesgo de sufrir mayores perdidas.

"Es absolutamente necesario que se arbitren medidas para estos agricultores (entre 4.000 y 5.000 en la región) para tratar de compensar sus pérdidas y para que se pueda seguir cultivando maíz, porque sino la crisis será peor", ha agregado.

Para Huertas, el arroz, va por el 50 por ciento de recolección, también se ha visto afectado por la climatología adversa, que provocó siembras muy tardías, y las altas temperaturas han impedido la polinización natural.

Las plagas también han hecho mella en este cultivo, ya que los agricultores han tenido que utilizar más productos fitosanitarios y herbicidas, lo que ha provocado el aumento de los costes de producción.

"Como cada año nos prohíben una materia prima, tenemos pocas variedades para usar, por lo que se incrementa la resistencia de las hierbas a los productos y tenemos que hacer más tratamientos", ha explicado.

A la subida de los costes de producción hay que sumar la congelación de los precios respecto al pasado año y que se sitúa entre los 29 y 30 céntimos de euros el kilogramo.

Huertas ha mostrado su molestia por los acuerdos bilaterales de la Unión Europea con los países de ultramar, como Tailandia o Camboya, a los que no se les exigen las medidas fitosanitarias que se les pide a los agricultores europeos y que entran en Europa "sin aranceles o con aranceles muy bajos".

Además, ha criticado que los precios de los cultivos bajen cada vez más mientras que los costes de producción que dependen de las administraciones, como la energía, el combustible o el agua, no disminuyan, e incluso alguno de ellos aumenten.